Cincuenta años después de la muerte de Francisco Franco, alabanzas hacia su persona están ganando terreno entre los jóvenes españoles. Según los expertos, este fenómeno responde a una falta de conocimiento histórico sólido y a una alta exposición a la propaganda.
En redes sociales, una enseñanza débil del periodo franquista y la pulsión antisistema típica de la adolescencia están impulsando esta simpatía. En plataformas digitales se difunden mitos sobre la construcción de embalses, la prosperidad económica o la creación de la seguridad social, reforzando la idea de que ‘con Franco se vivía mejor‘.
Cristina Luz García, profesora de Historia en el instituto público Las Veredillas de Madrid, explica que algunos alumnos repiten «frases muy vinculadas al régimen y su propaganda». Reconoce, sin embargo, que muchos no tienen un conocimiento profundo del personaje ni de las consecuencias negativas del franquismo, como la represión y la falta de libertades.
García observa que esta visión idealizada del franquismo puede resultar atractiva para los jóvenes como una forma de provocar al profesorado o mostrar una opinión distinta. Esa rebeldía, típica de la edad, contribuye a que el discurso profranquista circule con facilidad en las aulas y en internet, según recoge el diario Excelsior.
Asimismo, el barómetro del CIS de octubre de 2025 refleja esta tendencia. Un 21,3 % de los españoles considera que la dictadura fue «buena o muy buena, mientras que un 65,5 % la califica de «mala o muy mala«. Además, una encuesta de El Mundo señala que el Partido Socialista ha perdido apoyo entre los jóvenes de 18 a 29 años. En ese segmento, el Partido Popular lo supera, y Vox, de extrema derecha, es la fuerza que más ha crecido.
En un contexto de alta polarización política, tanto el Partido Popular como Vox acusan al gobierno de Pedro Sánchez de ‘reabrir heridas del pasado’ bajo el pretexto de honrar a las víctimas de la dictadura.
Ante la frustración juvenil, la precariedad laboral y las dificultades para acceder a la vivienda ha generado desafección hacia los partidos tradicionales, considerados parte del problema. Así lo señala Verónica Díaz, coordinadora del Máster en Problemas Sociales de la UNED, quien advierte que esa frustración favorece la atracción hacia discursos antisistema o rupturistas, típicos de la extrema derecha.
Díaz subraya que el déficit en educación histórica y la proliferación de creadores de contenido que reinterpretan el pasado pueden llevar a los jóvenes, sin herramientas críticas, a confundir narrativas manipuladas con versiones legítimas de la Historia.
En Iznalloz (Granada), el profesor José María García, del instituto Montes Orientales, impulsa desde 2020 un proyecto para enseñar «lo que realmente fue el franquismo», con especial atención a su sistema de represión. Ha notado un aumento del discurso franquista entre sus alumnos y busca ofrecerles herramientas para contrarrestarlo.
Sus estudiantes, Hugo Guindos y Érika Hurtado, confirman que las alabanzas a Franco están creciendo en su entorno, sobre todo por la influencia de tiktokers que «hablan sin argumentos». Ambos desconocían episodios de represión local, como las fosas comunes en su comarca.
Hugo quedó impactado al conocer las torturas del régimen, mientras que Érika destaca la importancia de explicar a los jóvenes que no fue una época tan buena como algunos dicen.
Sin embargo, la recuperación de la memoria y la educación crítica, coinciden los docentes, son hoy más necesarias que nunca para combatir la desinformación histórica y frenar el avance de los mitos franquistas entre las nuevas generaciones.