En primer lugar, los juanetes son una de las deformidades del pie más comunes en el mundo. Pero esta molestia puede convertir la simple tarea de caminar en un auténtico suplicio.
Aparece la condición cuando el dedo gordo del pie se desvía hacia los dedos más pequeños, formando una protuberancia dolorosa. Su prevalencia global se estima en torno al 19% de la población, aunque afecta con mayor frecuencia a mujeres y a personas mayores de 60 años, según un estudio publicado en Journal of Foot and Ankle Research en una información recogida por El Excelsior.
Frente a este problema que altera la forma de caminar, el primer paso es comprender por qué se forman los juanetes y qué hacer para evitar su progresión.
Tienen un origen multifactorial, ya que es el resultado de la combinación entre la genética y las presiones mecánicas que los pies soportan a diario.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), el Journal of Foot and Ankle Research y la revista Deutsches Ärzteblatt International, las principales causas son por herencia y genética, ya que aquellas que tienen una alineación ósea anormal tienen una mayor predisposición a desarrollar juanetes. Además del calzado inadecuado, porque fuerzan al dedo gordo a adoptar una posición antinatural; y la edad porque en mayores de 60 años, la prevalencia llega al 22,7%. Tambiém hay una fragilidad hereditaria en los ligamentos del pie que favorecen la deformidad; y los cambios biomecánicos como el pie plano o el pie abierto contribuyen a su aparición.
Antes de que la protuberancia crezca y duela, el cuerpo suele emitir señales tempranas. Detectarlas a tiempo es clave, ya que en fases iniciales el problema es manejable. Y según MedlinePlus, las principales alertas son la aparición de una pequeña joroba visible en la base del dedo gordo, molestias con el calzado, enrojecimiento y callosidad, desviación del dedo, dolor al apoyar y por la rigidez.
Detectar un juanete a tiempo permite aliviar el dolor y frenar la progresión de la deformidad. Los NIH recomiendan usar calzado amplio, evitar tacones y puntas estrechas, colocar separadores, utilizar plantillas ortopédicas y practicar fisioterapia.
Aunque los juanetes son una condición progresiva y frecuente, su avance puede ralentizarse de forma significativa con una buena prevención y un calzado adecuado.