El fiscal obvia el allanamiento de morada de los policías karatecas de Móstoles que fueron grabados cuando rompían el brazo a una migrante dentro de su casa

29 de octubre de 2025
6 minutos de lectura
Anna D.
La migrante con el brazo escayolado.
El ministerio público da validez a la versión de los policías frente a la de la víctima, tergiversando el vídeo en el que se ve a los agentes entrar sin permiso en una vivienda y llevarse detenida y casi desnuda a una invitada por la dueña a la casa que abrió la puerta cuando los agentes llamaron por un tema de ruido a deshoras de la noche. El fiscal pide ocho meses de multa a la migrante y solo dos meses para los agentes, y que, además, la migrante indemnice con 2.300 euros a los policías.

Quien suscribe esta información, abogado no ejerciente y durante 35 años cubriendo para El País noticias de tribunales y de investigación, no había visto nunca un escrito de calificación de un fiscal tan alejado de la realidad. Gran parte de esa realidad viene avalada por un vídeo que consta en el sumario y que no deja margen de duda sobre lo que sucedió a fines del pasado verano en una vivienda de un bloque de pisos situado en Móstoles. La música estaba demasiado alta. Eran más de las 3 de la madrugada.

Este vídeo revela cómo dos policías locales de Móstoles entran ilegalmente en una casa y se llevan detenida, casi desnuda, a la migrante Ana María D., tras destrozarle un brazo. Hubo que escayolarlo. Le rompieron los huesecillos de la muñeca, retorciéndolos. Ha tenido que dejar su trabajo de asistente sanitaria porque le duele el brazo para levantar enfermos. Está en desempleo.

Si se compara lo que dice el fiscal con lo que se ve en el vídeo, solo cabe deducir que el fiscal ha visto otro vídeo o que estamos ante un retorcido intento del fiscal por salvar a los policías y descargar la culpa de lo ocurrido sobre la víctima, que es madre de dos hijos y tiene 34 años.

[Este es el vídeo, juzguen]

El vídeo de lo ocurrido esa noche.

Después de este vídeo, los agentes hicieron su atestado. Cómo casar lo del vídeo con el atestado. Las evidencias lo hacían difícil. El fiscal, en su escrito, sigue la versión de los agentes, y aumentada, aunque en muchos pasajes chocan frontalmente con lo que muestra el vídeo.

Esto es lo que dice el fiscal, literalmente, tras la visión del vídeo, se supone, pues está incorporado a las diligencias:

«El día 14 de mayo de 2023, sobre las 03:50 horas, agentes de la Policía Local de Móstoles con carnet 1175 y 1179 (Alfa-3), debidamente uniformados, en el ejercicio de las funciones propias de su cargo, se personaron en el domicilio de la calle Pegaso n° 35, A, de Móstoles, al ser requeridos por vecinos del inmueble, que se habían quejado del ruido procedente de la vivienda. 

Tras llamar al timbre, abrió la puerta la acusada, Ana D., que fue requerida por los agentes, en el legítimo ejercicio de sus funciones, para que se identificara, negándose ésta y cerrando la puerta, llamando de nuevo los agentes actuantes al timbre para que abrieran la puerta. 

Momentos después, y tras la insistencia de los agentes de Policía Local, la acusada entreabrió la puerta, exhibiendo una tarjeta de crédito para identificarse, alargando la mano izquierda, mientras permanecía con el resto del cuerpo oculto tras la puerta que mantenía entreabierta. 

[La versión de Ana D. es bien diferente. Asegura que llamaron a la puerta y le pidieron DNI. Cerró la puerta y fue a su macuto que estaba en un dormitorio oscuro. Asegura que, como seguían llamando al timbre los policías, encontró la tarjeta de crédito y salió con eso para dárselo a los agentes] pues estaba de visita en esa casa, de su amiga. No encontró su DNI.

Por parte de los agentes se le indicó que la tarjeta no era válida como documento para identificarse, instándole de nuevo a mostrar un documento válido, y mientras que el agente 1175 comprobaba si alguien con el nombre que figuraba en la tarjeta estaba empadronado en el domicilio, la acusada, con ánimo de menoscabar su integridad física y con desprecio al principio de autoridad que representan, lanzó la mano que tenía por la parte exterior de la puerta, alcanzando en la boca al agente 1175, haciendo que éste sangrara en la zona golpeada. 

[En el vídeo no se observa en ningún momento que Ana D. golpease a ningún agente. La tienen con la muñeca retorcida, inmóvil, detrás de la puerta entreabierta].

Ante dicho hecho, el agente 1179 la agarró del brazo, informando a la acusada que iba a ser detenida por un delito de atentado, momento en que aquella, desoyendo las indicaciones de los agentes, para evitar la detención, tratando de introducirse en la vivienda, mientras se agarraba al marco de la puerta.

Los agentes actuantes, y también acusados, excediéndose en el legítimo ejercicio de sus funciones y con uso de la fuerza, la sujetaban del brazo izquierdo y tiraban de ella hacia afuera con gran virulencia. 

Cuando una de las personas que estaban en el domicilio, tiró de Ana M. hacia el interior, los agentes que seguían agarrando con fuerza de su brazo, entraron, arrastrados junto a ella, en el interior de la vivienda, aprovechando para proceder a la detención.

[En ningún momento del vídeo se ve a nadie de la casa tirar de la víctima hacia adentro. Y los agentes la detienen en la cocina y la sacan a rastras, ante los lamentos de la chica]

Continúa el fiscal: Durante la misma, la acusada, se tiró al suelo, resistiéndose con vehemencia a la detención, resultando lesionados los agentes como consecuencias del forcejeo que se ocasionó entre los tres. [No se aprecia ningún forcejeo, salvo que los agentes le tienen retorcida la muñecas. Llegan a romperle varios huesecillos. Un mes de escayola.

Una vez que lograron reducirla, y mientras intentaban introducirla en el ascensor, no obstante, la misma tuviera las manos engrilletadas por detrás, lanzó una patada a la cabina del ascensor, con absoluto desprecio hacia la propiedad ajena, quedando esta descuadrada, debiendo bajar a la detenida por las escaleras

[La versión de la chica es que. una vez en el ascensor, iba esposada, la lanzaron contra el espejo del ascensor, hasta el punto de que lo rompieron y la bajaron por las escaleras, y desde allí casia rastras hasta el coche policial. De las agresiones que ellos hablan no hay ni una sola evidencia en el vídeo, es solo la palabra de ellos. Uno de los agentes señala que le dieron un golpe en un labio y le salió sangre. En el vídeo no se ve ningún rastros de sangre en su cara].

No queda acreditado, añade el fiscal, que, durante su conducción hasta el vehículo, la acusada fuera golpeada por parte de los agentes de policía acusados. 

Como consecuencia de estos hechos, el agente 1175 sufrió lesiones consistentes en gonalgia postraumática, contusiones en miembro superior izquierdo y hematoma en labio, que requirieron de una primera asistencia facultativa, sin necesidad de tratamiento posterior, y que tardaron en curar 15 días de perjuicio personal particular moderado, sin secuelas.

El agente 1179 sufrió artritis postraumática en primer dedo que requirió para su curación de una primera asistencia facultativa, sin necesidad de tratamiento posterior, y que tardaron en curar 10 días de perjuicio personal básico, sin secuelas. 

Parte médico de ella

Por su parte, Ana D. sufrió policontusiones, erosión en mucosa yugal y posible fractura de escafoides no confirmada, que requirió de una primera asistencia facultativa, sin tratamiento médico o quirúrgico posterior, y que tardaron en curar 15 días de perjuicio personal particular moderado, sin secuelas

[La versión de la víctima es que estuvo un mes con la escayola, no 15 días. Y que ha tenido que dejar su trabajo de auxiliar de clínica porque le duele mucho la mano y no puede levantar enfermos, el eje de este tipo de trabajos.

Los perjudicados reclaman por las lesiones causadas

Los daños ocasionados en el ascensor fueron reparados por la compañía de seguros MAPFRE, por lo que la Comunidad de Propietarios de la calle Pegaso no 35 de Móstoles nada tiene que reclamar. El importe de los mismos no ha quedado acreditado, sin que por parte de la entidad Mapfre se haya reclamado cantidad alguna, ni se haya presentado documentación acreditativa del desembolso realizados. 

[«¿Cómo podía yo agredir en el ascensor a dos policías que eran dos moles de grandes. Fueron ellos los que me lanzaron a mi contra el cristal del ascensor, iba casi desnuda», destaca Ana D., de 34 años y madre de dos hijos]

[Con la versión que han dado los agentes pretende hacer creer que entraron legítimamente a la casa, ya que, según ellos, ella les habría golpeado (no se ve en el vídeo), ellos le habrían dicho que quedaba detenida y que ella se resistió, y que si entraron en es para detenerla por flagrante delito. Los agentes entran a la fuerza en la casa, la de ellos mismo, no la de terceros. Nadie de la casa tira hacia atrás de la acusada. Nada de eso se ve en el vídeo.

El relato de acusación que hace el fiscal está basado en ensoñaciones. U otros motivos.

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