La Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra, mediante una operación conjunta denominada Aurelia-Belona, han desarticulado un entramado criminal dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, que operaba en diferentes provincias españolas y en Portugal, y han liberado a ocho mujeres de distintas nacionalidades sudamericanas.
La investigación se inició en 2024, al detectarse una organización criminal que captaba y trasladaba mujeres desde Sudamérica para su posterior explotación sexual. Una de las víctimas fue reclutada en Latinoamérica por una estructura paramilitar, trasladada posteriormente a varios países asiáticos y finalmente a España, donde continuó siendo explotada en distintas provincias.
El trabajo conjunto de la Unidad de Policía Judicial de Zona (UPJZ) de Cataluña y el Área de Investigación Criminal (AIC) de los Mossos d’Esquadra permitió identificar a los integrantes del entramado, establecer su estructura jerárquica y localizar a sus principales responsables, una pareja de nacionalidad española y colombiana que residía en Portugal, desde donde presuntamente se dirigía la explotación de las víctimas en España.
La operación contó con la colaboración de la Policía Judiciária de Portugal, que resultó determinante para la localización y detención de los líderes en la región de Faro. Durante la fase de explotación, desarrollada el 7 de octubre, se llevaron a cabo cuatro entradas y registros en Lleida, Tudela (Navarra), Irún (Guipúzcoa) y Faro (Portugal), que culminaron con la detención de tres personas.
De las tres personas detenidas, dos de ellas -la pareja- fueron detenidas en Portugal, y una, con funciones de traslado y posterior control de las víctimas, fue detenida en Lleida.
En los registros se liberó a ocho mujeres de distintas nacionalidades sudamericanas, consideradas potenciales víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, que recibieron atención y asistencia especializada conforme a los protocolos garantizando su protección. En los registros se intervinieron 3.800 euros en efectivo, documentación, dispositivos electrónicos, munición y marihuana.
En el domicilio portugués, donde se detuvo a los principales responsables, las autoridades lusas les atribuyeron además los delitos de tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas, de acuerdo con la legislación portuguesa.