Uno de los enlaces más esperados es el de Georgina Rodríguez y Cristiano Ronaldo, quienes tras casi una década juntos, se comprometieron este pasado verano. La pareja firmó en 2017 un acuerdo prenupcial que deberán actualizar una vez se den el sí, quiero.
Este tipo de contratos es habitual entre parejas de famosos, como Beyoncé y Jay Z, Jessica Biel y Justin Timberlake, o Catherine Zeta Jones y Michael Douglas, quienes establecieron su acuerdo hace más de dos décadas, al iniciar su matrimonio en el año 2000. Antes de convertirse en marido y mujer, con ella de 30 años y él de 55, definieron claramente las condiciones de su unión.
Según el acuerdo de Zeta Jones y Douglas, en caso de separación, él debía pagar un millón de dólares por cada año de matrimonio, además de una propiedad a su nombre y tres millones de dólares como pago inicial. La actriz incluyó también una cláusula de penalización por infidelidad: cinco millones de dólares. A cambio, Douglas exigía que su esposa no engordara más de 10 kilos durante el matrimonio.
A pesar de lo específico y estricto del contrato, la pareja sigue unida tras 25 años de matrimonio, desafiando cualquier predicción basada en las cláusulas económicas.
Con el paso de los años, este tipo de acuerdos se ha vuelto una práctica común entre los famosos, que buscan proteger sus patrimonios y establecer reglas claras antes de dar el paso de casarse, combinando legalidad con curiosas exigencias personales.