¿Pero qué clase de cuento es ese?

28 de septiembre de 2025
2 minutos de lectura
La ministra de Igualdad, Ana Redondo. | EP

¿No decían que creando un Ministerio de Igualdad sería la panacea para la seguridad de todas las mujeres?

Además fue creado, ideado y formado por mujeres como referente para poder confiar en él.

¿Recordáis sus fotos en Nueva York? Allí estaban todas, tan sonrientes y felices, estaban tocando las nubes con sus brillantes ocurrencias, el cielo les quedaba más lejos, pero intentarían tocarlo aunque solo fuera con un dedo.

¿Pero qué nos queréis vender? Son demasiados fallos para poder crear confianza. Y menuda la que habéis liado ahora con las pulseritas, y no de diseño precisamente. Pero tranquilos, que España va como un cohete.

Tenéis España tapizada con alfombras que tapan los desperfectos en muchos ministerios y no sois capaces de arreglarlos, tirandoos los trastos a la cabeza, de unos a otros. ¡Ah! Pero todos cobrando, y el pueblo desprotegido.

Ya está bien de considerarnos como ciudadanas idiotas, no es verdad lo que anunciasteis a «bombo y platillo». Estamos más desprotegidas y vulnerables que antes, con miedo a salir solas por la noche y también por el día.

Venga, no seáis tontas, animaos a andar por la noche solas y borrachas por la calle, si habéis conseguido lo que querían algunas de vuestras representantes voceras. ¡Anda que el ejemplo es para ponerlo con mayúsculas!

Solo mirad las estadísticas y lo veréis. Os habéis convertido en las defensoras de los maltratadores, violadores y pederastas con esas repugnantes leyes rubricadas por vosotras y aprobadas por ese «vuestro gobierno»… Y os quedáis tan tranquilas, sabiendo que no es verdad.
¡Ah! Pero todas cobrando, y las mujeres, desprotegidas.

Este gobierno, creado por esos malditos siete escaños que nos están obligando a pasar por la piedra a TODOS los ciudadanos leales a España, por unos partidistas obligados por las prebendas que reciben al venderse para desprestigiarla, ir a contracorriente de un mundo con valores y obligaciones a ser fieles al país donde nacisteis o donde os acogieron para poder vivir, se supone en paz, esa que ahora notamos su falta.

No vivimos en paz, hoy se vive en este país con muchas presiones y zozobras. Las familias no se sienten protegidas y las pretensiones de adoctrinar con podridas mentiras nos obliga a demostrar a nuestros hijos que lo que nos imponen solo nos conduce al odio entre españoles.

¿Solo por estar en el «machito»? Pues ya sabéis lo que significa estar a gusto y cómodo en una estupenda situación de auténtico privilegio, que puede ser también abusiva o poco digna.

La guerra civil ocurrió hace muchos años en España y muchos de los que la sufrieron, ya no están entre nosotros. ¿Que pretenden ahora, revivirla con los odios y con el dolor del recuerdo?

Seamos realistas, todo lo que se está creando no nos está dando paz, precisamente a los ciudadanos.

¿De madrugada, borracha y sola?

Para mandar es necesario ser objetivo y mirar por el bienestar de todos y no enfrentarnos de nuevo, no es una buena manera de cubrirse las espaldas, es un mala política para todos. Pero peor para quienes la implantaron.

El pueblo es solo un mero espectador, sufridor, pagador y víctima en muchas ocasiones por un sistema creado para la destrucción y no para la creación de bienestar para todos.

Es un juego muy peligroso que arrastrará a muchos, ahora no estamos más seguros, es palpable en muchos puntos de este país y lo saben, pero mientras el pueblo trague…

Pensar en vuestros hijos e hijas, este sistema hace llorar a muchas familias por haber confiado en la seguridad para sus hijos. ¡Demasiado preocupante al ser verdad! Nuestro mayor tesoro son los nuestros y por ellos debemos
estar muy atentos.

Aquello de vendernos la burra es una frase muy antigua, y significa que te quieren engañar, intentando convencerte de algo falso o poco creíble, generalmente para obtener un beneficio…

Pues ya sabéis, es obvio, o evidente.

¡Vosotros mismos!

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