Las protestas de apoyo a Palestina y contra la participación del equipo Israel-Premier Tech en la Vuelta Ciclista a España han dejado ya más de una veintena de detenidos. Se les acusa de delitos relacionados con desórdenes públicos en diferentes etapas de la competición.
Los últimos arrestos se produjeron este jueves, en la contrarreloj individual en Valladolid. Agentes de la Policía Nacional y Municipal detuvieron a dos activistas con simbología palestina que habían saltado las vallas para intentar impedir el paso de un corredor del equipo Israel-Premier Tech.
El coportavoz de Podemos, Pablo Fernández, participó en las protestas al paso de la Vuelta en Valladolid. Llamó al ‘boicot’ de la competición y criticó el dispositivo de seguridad que «impide que nadie se acerque» a la zona de salida de la contrarreloj si portan «banderas o distintivos palestinos».
Fernández calificó la situación de una «vergüenza», «otra más» del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Denunció además las identificaciones policiales a manifestantes que, como él, llevaban simbología palestina, según recoge Europa Press.
Durante esta semana se han celebrado reuniones para intensificar el dispositivo de seguridad. En la Delegación del Gobierno en Madrid se organizó un despliegue de 1.500 agentes de Policía y Guardia Civil para las dos etapas finales.
Algunos miembros del Gobierno, como la vicepresidenta Yolanda Díaz o el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, han respaldado las protestas. Ambos se han mostrado a favor de expulsar al equipo Israel-Premier Tech de la Vuelta para mandar un «mensaje» al Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Por su parte, el ministro del Interior pidió compaginar seguridad y derecho a la protesta. dijo este miércoles en el Congreso:
«El genocidio en Gaza determina que la gente quiera visualizar su protesta; lo único que pido y solicito es que no ponga en riesgo ni la integridad de los ciclistas ni tampoco de aquellos que acuden a ver el evento»
El paso de la Vuelta por Lugo dejó diez detenidos en la 15ª etapa, el domingo 8 de septiembre. Los arrestos se produjeron en los municipios de O Corgo y Monforte de Lemos.
Las detenciones fueron por desórdenes públicos con riesgo para la integridad de las personas. Entre los arrestados en Monforte estaba Rosana Prieto, responsable comarcal de Lugo Sur del BNG, lo que motivó protestas de esta formación.
Las cámaras de televisión captaron uno de los incidentes. Un activista irrumpió en la carretera a 50 kilómetros de meta, se tropezó y provocó la caída del corredor español Javi Romo.
En la etapa del 9 de septiembre, con inicio en Poio (Pontevedra), las protestas obligaron a la organización a adelantar ocho kilómetros la meta. Hubo altercados y cargas policiales. Entre los incidentes se incluyó el derribo de un árbol, retirado después por la Guardia Civil para no interrumpir la carrera.
La etapa con final en el Alto El Angliru, en Asturias, concluyó con doce detenidos por la Guardia Civil. Y en torno a las 16.20 horas, el 5 de septiembre, dos ciclistas escapados tuvieron que detenerse. Un grupo de activistas irrumpió en la carretera, desplegó una pancarta y se encadenó para bloquear el paso.
La rápida intervención de agentes de la Guardia Civil de Tráfico y del Grupo Rural de Seguridad permitió reanudar la carrera en apenas 30 segundos. Tras identificar a los responsables, fueron arrestados como presuntos autores de un delito de desórdenes públicos.
El 3 de septiembre, la etapa con salida y llegada en Bilbao se quedó sin ganador por las protestas contra Israel. Pero la Ertzaintza identificó a cinco personas y detuvo a otras tres. Cuatro agentes resultaron heridos. El lehendakari, Imanol Pradales, lamentó el «espectáculo nada edificante» y calificó de «inaceptable» que EH Bildu «jaleara y aplaudiera esa manera incívica de protestar».
Según el consejero vasco de Seguridad, Bingen Zupiria, el primer incidente se produjo en la subida a Enekuri, cuando un grupo paró la marcha neutralizada. Después, en Morga, la brigada móvil retiró de la carretera dos fardos de paja.
Otro altercado se registró en la subida al Vivero, cuando varias personas desplegaron una pancarta que puso en riesgo a los ciclistas en cabeza. Más tarde, en la Gran Vía de Bilbao, un grupo reventó las vallas de protección e irrumpió en el recorrido de la carrera.