El alcalde de Louisville, Craig Greenberg, ha confirmado en las últimas horas la muerte de doce personas y la desaparición de «varias» a causa del siniestro de un avión de carga después de despegar del Aeropuerto Internacional Muhamad Alí de esta localidad situada en el estado de Kentucky.
«Me entristece profundamente informar que el número de fallecidos ha ascendido a doce, y aún hay varias personas desaparecidas», ha anunciado en su cuenta de la red social X, donde ha asegurado que las autoridades seguirán «brindando recursos y apoyo a todas las personas afectadas por este doloroso suceso».
Entre los fallecidos podría haber un «niño pequeño», según ha señalado horas antes en la misma plataforma el gobernador del estado de Kentuky, Andy Beshar, quien ha lamentado que «todos se han ido demasiado pronto».
«Es imposible describir la devastación causada por el fatal accidente aéreo de ayer», ha declarado al tiempo que ha afirmado tener «el corazón roto» y ha prometido permanecer al lado de las víctimas. «Saldremos adelante juntos», ha agregado.
El accidente tuvo lugar alrededor de las 17.15 horas (hora local) del martes, de acuerdo a las informaciones difundidas por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), cuando un avión de carga que tenía como destino el Aeropuerto Internacional Daniel K. Inouye en Honolulu, en el estado de Hawái, se ha estrellado contra unas grandes instalaciones de UPS, ocasionando un incendio.
Cientos de bomberos han trabajado durante horas para controlar el incendio, que afectó una zona extensa cerca del aeropuerto. Se ha establecido un perímetro de seguridad de cinco millas alrededor de la zona del accidente, y decenas de vuelos han sido retrasados mientras los equipos de emergencia siguen trabajando en la limpieza y la búsqueda de posibles víctimas. La FAA confirmó que se están recopilando todos los datos del vuelo para determinar las causas del accidente, según 20 minutos.
El accidente ha sacudido a Louisville, donde la mayor instalación de UPS se encuentra a pocos minutos del centro de la ciudad. Este centro es vital para la operación de la empresa: miles de trabajadores gestionan cientos de vuelos diarios y clasifican más de 400.000 paquetes por hora. La proximidad del aeropuerto a zonas residenciales, parques y museos añade una dimensión humana al desastre, aumentando la preocupación por posibles daños adicionales fuera del aeropuerto.
El alcalde Greenberg expresó su alarma por el combustible que transportaba el avión, estimado en más de 280.000 galones, y señaló los riesgos que esto representa para la población y la infraestructura local. Las autoridades han pedido a la ciudadanía evitar la zona y seguir las instrucciones de seguridad mientras los equipos de emergencia continúan su labor.
Por su parte, el gobernador Beshear solicitó a los ciudadanos rezar por las víctimas y sus familias y aseguró que la información sobre el accidente se compartirá a medida que esté disponible. La tragedia ha dejado a la ciudad conmocionada y resalta los riesgos que acompañan a operaciones de gran escala como las de UPS, que conectan Louisville con destinos de todo el mundo.