La diabetes se ha convertido en una de las enfermedades crónicas más comunes del mundo. Cada año se detectan millones de nuevos casos. Sin embargo, muchas personas viven con la enfermedad sin saberlo. Esto es peligroso, porque si no se controla, la diabetes puede causar problemas graves, como enfermedades del corazón, ceguera o insuficiencia renal.
Según un estudio reciente liderado por la Universidad de Washington y publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology, aproximadamente el 44% de los adultos con diabetes mayores de 15 años desconocen que la padecen. El problema es especialmente grave entre los adultos jóvenes, quienes enfrentan un mayor riesgo de complicaciones a largo plazo.
El estudio analizó datos de 204 países entre 2000 y 2023. Los investigadores no solo evaluaron cuántas personas tenían diabetes, sino también quiénes recibían tratamiento y quiénes lograban mantener su enfermedad bajo control. Los resultados muestran que, aunque la mayoría de los diagnosticados recibe medicación, solo una minoría logra controlar sus niveles de glucosa de manera óptima. En cifras concretas, apenas el 21% de todas las personas con diabetes en el mundo mantiene un control adecuado de su enfermedad.
La investigación también reveló enormes diferencias entre regiones. América del Norte muestra las tasas más altas de diagnóstico. Asia Pacífico lidera en tratamiento entre los diagnosticados. En el sur de Latinoamérica, más personas logran controlar su glucosa adecuadamente. Pero en África subsahariana central, menos del 20% de los afectados saben que tienen diabetes.
Estos datos subrayan la existencia de una “epidemia silenciosa”. La experta Lauryn Stafford advierte que, para 2050, 1.300 millones de personas podrían vivir con diabetes. Si la mitad sigue sin diagnóstico, las complicaciones se multiplicarán.
Los autores del estudio llaman a una acción urgente. Recomiendan invertir en programas de detección, sobre todo entre jóvenes, y facilitar el acceso a medicamentos y herramientas de control de glucosa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha fijado como meta que el 80% de las personas con diabetes estén diagnosticadas para 2030. Alcanzar este objetivo será clave para reducir el riesgo de complicaciones y salvar vidas.
La diabetes puede pasar desapercibida durante años. Con detección temprana, tratamiento y seguimiento, es posible vivir bien y prevenir daños graves. Conocer la enfermedad es el primer paso para combatirla.