El café, las frutas, los huevos y el chocolate son los productos cuyos precios más han subido en España en lo que va de año. Entre enero y julio, sus incrementos han superado los dos dígitos en todos los casos. El café, por ejemplo, ha visto cómo su precio se encarecía un 15,9%, mientras que los huevos han aumentado un 15,7%. Las frutas frescas o refrigeradas cuestan un 14,3% más y el chocolate un 12%.
Según ha publicado Europa Press, los datos del IPC de julio del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que la tendencia interanual también es preocupante. Entre julio de 2024 y julio de 2025, el chocolate lidera la subida con un 21,6%, seguido por otros aceites comestibles (+20,4%), el café (+19,8%) y los huevos (+18,3%). Otros alimentos como la carne de vacuno (+15,1%), la carne de ovino y caprino (+11,7%) o el cacao en polvo (+11,3%) también presentan incrementos de dos dígitos.
El alza en el chocolate y el cacao se debe a la peor crisis de este producto en cuatro décadas. La producción mundial ha caído por plagas y cambios climáticos, y países clave como Costa de Marfil enfrentan condiciones inestables. La Organización Internacional del Cacao (ICCO) advierte de que cualquier fenómeno climático adverso puede afectar seriamente el suministro y los precios. También el café se ve afectado por sequías, heladas y conflictos geopolíticos que dificultan el transporte y elevan los costos, mientras la demanda crece en mercados emergentes como China.
No todos los alimentos han subido. Algunos productos han experimentado descensos importantes. El aceite de oliva es el que más se ha abaratado hasta julio, con una caída del 34,2% y del 44,3% en comparación interanual. Le sigue el azúcar, que baja un 6,6% hasta julio y un 19,7% respecto al año anterior, y el yogur, que registra descensos ligeros del 2,5% y 2,6%, respectivamente.
Estas diferencias muestran que la inflación alimentaria no afecta por igual a todos los productos. Mientras los bienes vinculados a materias primas vulnerables al clima o conflictos globales, como café y cacao, suben sin freno, otros ligados a cosechas más estables o a una producción local, como el aceite de oliva y el azúcar, pueden incluso abaratarse. Para los consumidores, esto significa que la cesta de la compra se encarece de forma desigual, y algunas partidas pueden tensionar más el presupuesto familiar que otras.