La deuda pública española alcanzó en junio un nuevo máximo histórico, superando los 1,69 billones de euros. En solo un año, se incrementó en más de 65.000 millones, una cifra que supera lo que el Estado destina en conjunto a desempleo, I+D+i, infraestructuras y Defensa. Este aumento refleja el peso de las crisis recientes y el esfuerzo del Estado por mantener el gasto.
A pesar del récord, la economía española ha ayudado a moderar el impacto. La relación deuda/PIB se sitúa en el 103,4%, casi dos puntos menos que hace un año. Este dato es clave para Bruselas, que lo utiliza para evaluar si España cumple con sus compromisos fiscales y mantiene los equilibrios económicos.
La Seguridad Social también registra cifras preocupantes. Su deuda superó los 126.000 millones de euros, consolidando un problema estructural. Las cotizaciones no cubren el gasto en pensiones, especialmente en jubilación, lo que obliga al Estado a realizar transferencias periódicas. Solo en junio, la nómina de pensiones alcanzó un nuevo máximo de 13.588 millones de euros, según se ha informado en 20 minutos.
El mayor volumen de deuda sigue correspondiendo al Estado, que ha afrontado el gasto derivado de la pandemia, la crisis energética, la inflación y la guerra en Ucrania. El despliegue de medidas anticrisis ha impulsado la deuda estatal un 4,5% anual, superando los 1,534 billones de euros.
Las comunidades autónomas también aumentaron su endeudamiento, un 1,5% interanual, hasta superar los 343.000 millones, alrededor del 21% del PIB. Por su parte, las corporaciones locales redujeron ligeramente su deuda, situándola en 23.000 millones. En total, la consolidación de todas las Administraciones Públicas alcanzó los 1,69 billones, un aumento del 3,4% respecto a junio del año pasado.
Respecto a los instrumentos financieros, la deuda a largo plazo subió un 4,6% anual. Los préstamos con vencimiento superior a un año descendieron un 0,5%, mientras que la deuda a corto plazo creció un 3,8%. Estos datos muestran la complejidad del endeudamiento y la necesidad de mantener el equilibrio entre gasto e ingresos.
Aunque la deuda alcanza niveles históricos, el dinamismo de la economía ayuda a contener su efecto. España sigue siendo más endeudada que nunca, pero la recuperación económica suaviza la presión y permite mantener la estabilidad fiscal.