Cada verano, muchos españoles sueñan con desconectar y disfrutar de unos días de descanso. Pero la realidad económica actual ha hecho que para uno de cada cinco ciudadanos, estas vacaciones no sean posibles sin pedir un préstamo o financiación. Así lo revela un reciente estudio de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), que alerta sobre el creciente uso de créditos para costear viajes de ocio.
Según invofma El Debate, este fenómeno se ha intensificado, especialmente entre los jóvenes menores de 35 años y aquellos con ingresos inestables. Estos grupos suelen sentir más presión social y tienen un acceso más sencillo al crédito instantáneo, lo que les puede llevar a gastar más de lo que deberían. Además, la falta de experiencia financiera hace que no midan bien las consecuencias a largo plazo.
El aumento del presupuesto medio para las vacaciones, situado entre 1.200 y 1.400 euros por persona, no se debe tanto a viajes más largos o lujosos, sino a la inflación que ha encarecido los servicios turísticos como la hostelería, transporte y restauración. Esto hace que muchas personas sientan que necesitan «desconectar» a cualquier precio, y en ocasiones recurren al crédito para hacerlo.
Pedir un préstamo para unas vacaciones puede parecer una solución fácil y rápida, pero desde la VIU advierten de que no es una opción recomendable en la mayoría de los casos. El crédito para ocio puede convertirse en una carga financiera que llega justo cuando otros gastos importantes también se acumulan, como la vuelta al cole o el pago de impuestos en septiembre.
Ernesto Campos, economista y profesor en la VIU, explica que las vacaciones son un gasto para disfrutar en el momento, pero no generan ningún valor económico futuro. Por eso, asumir una deuda para financiarlas puede poner en riesgo la salud financiera de las familias sin una verdadera justificación.
Además, esta práctica puede generar un efecto negativo en la tranquilidad de quienes disfrutan de sus días libres. En vez de descansar plenamente, la sombra de las facturas pendientes puede hacer que el descanso sea menos placentero y más estresante. Es importante que cada persona valore bien sus finanzas antes de lanzarse a pedir dinero para unas vacaciones.
En definitiva, aunque la idea de financiar un viaje suene tentadora, es fundamental entender que el endeudamiento para ocio puede tener consecuencias duraderas. La recomendación es planificar con antelación y ajustar el gasto a lo que realmente se puede pagar, para que el verano sea un tiempo de disfrute y no de preocupación financiera.