El presidente del gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes que impulsará una comisión de investigación en el Congreso de los Diputados para «conocer la verdad sobre el caso Koldo» y además comparecerá en la Cámara Baja para dar explicaciones sobre este asunto.
En rueda de prensa, en la que ha ofrecido esta vez un tono más altivo, el presidente ha defendido su gestión y ha atacado con dureza al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. Sánchez ha recurrido al miedo “de un gobierno entre el PP y la ultraderecha de Abascal para justificar su decisión de seguir.
El presidente sigue sin asumir responsabilidades en los casos de corrupción en los que están involucrados dirigentes que él ha elegido como hombres de confianza y no anuncia medidas contundentes.
El presidente afirma desde Ferraz que “no va a tapar la corrupción” en el PSOE y reta a Feijóo a presentar una moción de censura. Confirma que se llevará a cabo una auditoría externa y se harán públicos los resultados.
Así lo ha indicado en una rueda de prensa desde la sede del PSOE en la calle Ferraz tras la reunión de la Ejecutiva Federal, después de la dimisión del hasta ahora secretario de Organización Santos Cerdán por el señalamiento de la UCO en el cobro de mordidas.
Sánchez ha dicho que comparecerá en el Congreso en la primera fecha que sea posible «para dar las explicaciones necesarias y responder a preguntas de todos los grupos parlamentarios», ha indicado.
La portavoz del PP, Borja Sémper, criticó con dureza las explicaciones de Sánchez y le acusó de “haber perdido el contacto con la realidad”, acusándole de insultar la inteligencia de los españoles. Además, anunció que su grupo solicitará la comparecencia del presidente en el Congreso este miércoles para que “rinda cuentas ante la ciudadanía”.
Por su parte, Podemos optó por retirarse de la ronda de contactos promovida por el PSOE, calificando la iniciativa como una maniobra de lavado de cara en medio del escándalo del “caso PSOE”. Su portavoz, Pablo Fernández, sostuvo que no quieren formar parte de una estrategia de encubrimiento de corrupción.