Con más de 52 millones de personas en riesgo de hambre y una estación del Sahel que amenaza con agravar la situación, organizaciones como Entreculturas, Acción contra el Hambre y Fundación Recover advierten de un escenario insostenible si no se restablecen los fondos de cooperación internacional.
La reducción de la ayuda al desarrollo afecta de lleno a mujeres y niñas africanas. Según ONU Mujeres, el 90% de las entidades que las atienden están al borde del cierre. En países como Níger, Somalia o Sudán del Sur ya se han suspendido programas esenciales de salud y protección, según una información publicada en Europa Press.
A pesar del abandono institucional, son ellas quienes sostienen el cambio: artistas, educadoras y activistas continúan dando respuestas desde sus comunidades, como en el programa La luz de las niñas, donde el arte es herramienta de sanación y empoderamiento.
Acción contra el Hambre impulsa proyectos de regeneración del suelo en el Sahel con pastoreo planificado para restaurar ecosistemas y reforzar la seguridad alimentaria. La mejora de la tierra también ayuda a mitigar el impacto del cambio climático.
Fundación Recover trabaja en 17 países africanos para garantizar atención médica digna. Solo en 2024, más de 280.000 personas fueron atendidas en sus centros, y casi 10.000 participaron en campañas de salud preventiva y nutricional.
Las tres organizaciones coinciden: sin inversión y apoyo sostenido, el continente corre el riesgo de retroceder décadas en derechos humanos. “Apoyar a África no es caridad, es justicia”, concluyen.