Dormir casi sentado, detenerse al subir escaleras o piernas hinchadas podrían ser síntomas clave de una afección cardíaca
No siempre son dolores en el pecho ni crisis súbitas. A veces, el corazón habla bajito. Lo hace cuando necesitamos apilar más almohadas para poder dormir, cuando subir un tramo de escaleras obliga a parar en seco, o cuando las piernas se hinchan al final del día y conservan la marca de los dedos. Tres señales que, según el cardiólogo Aurelio Rojas, no deben ignorarse, según una información publicada en El Tiempo.
A través de su cuenta de Instagram, el especialista alerta sobre síntomas cotidianos que muchas personas pasan por alto, pero que pueden esconder un problema de salud grave. Dormir con el tronco elevado puede deberse a ortopnea, una dificultad para respirar al estar acostado, y que es típica de la insuficiencia cardíaca.
Ignorar el dolor
Por otro lado, detenerse durante el esfuerzo físico sin presentar un dolor agudo podría ser una angina de pecho atípica, más frecuente en mujeres y mayores, que aparece como fatiga o falta de aire. Y si al final del día los tobillos están hinchados y dejan huella al presionar, podría tratarse de un edema con fóvea, signo de que el corazón no está bombeando con eficacia.
“Si estos síntomas se repiten, no los atribuyas solo al calor o al cansancio”, advierte Rojas. “Hazle caso a tu corazón”. En Bogotá y otras grandes ciudades se está registrando un aumento preocupante de enfermedades cardiovasculares, muchas de ellas diagnosticadas tarde.
Un chequeo a tiempo puede marcar la diferencia. Porque el corazón rara vez grita. Pero siempre avisa.