Pasó la Semana Santa y estamos viviendo de lleno una primavera, con unas temperaturas muy agradables para poder pasear. Las procesiones han dejado un rastro de cera pegada al asfalto que nos hace recordar esos días gloriosos, y todo ha regresado a esa cotidianidad que nos devuelve al trabajo y a la vida diaria.
Aún huele, en algunos rincones al incienso que se quedó, impregnando, paredes y fachadas, propiciado, por el paso de todas esas procesiones, con miles de nazarenos en sus larguísimos recorridos. Ahora nos vendrá el calor, y es entonces cuando te tienes que pertrechar, con toda clase de sistemas para bajar el enorme calor en hogares y locales, y así poder sobrevivir a las altas temperaturas
Comenzarán las noches largas del verano, y nos dejarán vivir en las ciudades sin playa, en las calles hasta altas horas de la madrugada, entre gente que se abrirá en confidencias múltiples y que al día siguiente, no recordarán.
Pero en la España de hoy, no todo es tan poético. La culpa es de los que cada día nos sorprenden con el látigo de las» palabrejas» inventadas, nuevas leyes, nuevos cambios en la historia, sin respetar los tiempos, y un montón de prohibiciones para no dejar en barbecho, a sus ineptos creadores.
Deseamos tener al frente de nuestro país unos buenos gestores, honrados y con conciencia con moral sin pliegues, que pueda crear confianza por sus actos, y no lo que estamos viviendo y soportando hoy. Nos están haciendo brotar la inseguridad y la desconfianza, además, vivimos múltiples enfrentamientos, entre esos que nos debían dirigir dando ejemplo de honestidad y con una cultura acorde con el cargo que ocupan.
¿Pero qué estamos esperando? Y preguntas en la calle, esperando respuestas, y te las dan, sin cortapisas, coincidiendo muchos: Queremos vivir tranquilos y para eso, necesitamos en España puestos de trabajo, una cultura «real auténtica» para nuestros hijos, impartida por buenos docentes, leales a la historia, y no partidistas que solo cumplen consignas, eso nos perjudica a todos, diestros y zurdos. ¡Ya está bien! Estamos hartos de manipulaciones.
Necesitamos empresas que creen puestos de trabajo y empresarios de vocación, que los sueldos sean acordes a los tiempos actuales, y que sean empáticos con las necesidades del trabajador y que estos, cuiden su puesto de trabajo como suyo, cumpliendo con lo que se les pide para lograr entre todos poner en práctica esas iniciativas, para poder progresar.
Una sanidad que funcione para todos, primero los sanitarios que no estén sobrepasados, por falta de personal. También pacientes respetuosos con el personal que les tiene que atender, cuidar y curar. Que podamos confiar de nuevo, en la sanidad pública como antes, tenemos unos magníficos profesionales y debemos valorarlos. Las largas esperas no crean confianza, y menos tratándose de nuestra salud.
No nos merecemos, todos esos experimentos que están intentando ejecutar, por medios diferentes, contra una población que solo desea vivir en paz y tranquilidad.
Emplean un ficticio paternalismo y te piden que te hagas con esto o aquello, todo tan manipulado vacío y mentiroso, haciendo creer que si sigues sus métodos podremos recibir, un poco de una vida, casi prestada como nos lo hacen ver. No se lo creen ni ellos, pero nos los intentan implantar, como dogma…
La mayoría de la gente está muy cansada de tantos toques y retoques, no queremos más consignas, ni más palmaditas, hoy es muy difícil que nos dirijan con esos consejos para necios, que se sacan de la manga, ya los tenemos calados, y no les creemos.
Han invadido nuestras vidas con miedos, para hacernos débiles y manejables, escuchar con atención a muchos mayores que os enseñarán como ellos resolvieron poder vivir, a pesar de tener unos gobernantes no comprometidos con las necesidades de sus gentes.
Estar informados hoy, es de obligado cumplimiento, para no estar en la inopia y luego despertarte sobresaltado por las pésimas noticias. Parece, que para ser político no hace falta presentar un digno currículum y si lo presentan no es verdadero, no tienen, ni máster ni titulación ni idiomas y estos son, los que nos manejan como expertos, siendo unos verdaderos inútiles.
Escuchen un rato a los que nos representan en el hemiciclo y llorarán de rabia, preguntándose…y yo, para qué he estudiado tanto y me he roto los codos y estos… Desde que el neutro no se emplea, es auténticamente chirriantes y vergonzoso escucharlos, parece que nos lanzan chascarrillos
hilarantes contra los presentes, duelen los oídos y es más sano evadirse, para no oír semejantes expresiones.
Han destrozado el idioma maravilloso que tenemos con nuestros diferentes acentos, por un postureo ridículo y sin cabida, entre gente con cultura. Es una vergüenza insoportable, para cualquiera con un mínimo
de conocimientos, tener que escuchar «sinsorgadas» semejantes.
¡Señores que tenemos muertos muy presentes en nuestros corazones, para tonterías de jugar a las «palabrejas» ¡Que vergüenza de gente! Daros mejor, un paseo por esa preciosa comunidad valenciana, para ver la auténtica realidad de un gran engaño, uno de tantos que vivimos en España, pero ese es hoy, el más sangrante.
Por desgracia para muchas familias, sus seres queridos han muerto y los que han quedado vivos, es por la Gracia de Dios, porque lo que es por los hombres que nos representan…
Todos los afectados continúan clamando para que se haga justicia con todas las víctimas, una justicia para el pueblo y no un perdón «instalado», para quien delinque. Esperamos una voz leal con los ciudadanos, que hable alto claro y sin miedo y que entre todos y cumpliendo la ley, sacarlos sin miramiento ni contemplaciones, de nuestras vidas, ya tienen los bolsillos llenos, a costa nuestra.
Han jugado con nosotros, sin conciencia, y su afán es continuar hasta el infinito y más allá. (Véase Venezuela). Además tenemos un malísimo ejemplo de dejadez falta de honestidad y de cumplimiento de sus obligaciones, con lo ocurrido en Valencia.
¡Lo hicieron con nuestros hermanos, esos que han vivido una horrible tragedia que ha roto sus vidas! Los valencianos, como único consuelo recibieron, de quien se supone, debe responder, inmediatamente, con toda la ayuda necesaria a los ciudadanos, una frase lapidaria. ¡Se hizo viral! Toda España la conoció, mientras los valencianos la sufrieron, y la continúan sufriendo. ¡SI NECESITAN AYUDA, QUE LA PIDAN!
También otros se escondieron entre los efluvios espirituosos y la cobardía, además de la de la inoperancia. Todos continúan en los sillones, ni por los muertos se levantan. Es tal su avaricia que son incapaces de hacer algo con dignidad, más pronto que tarde lo pagaremos, aunque por desgracia para todos nosotros, ya lo estamos pagando.
Por desgracia para los valencianos, esta primavera no es como
las vividas antes del oscuro destino, al que fueron abocados por la inacción de unos malísimos gobernantes.
Todos juntos lo consintieron, sin ética y sin moralidad alguna, con su permisividad y sin ninguna vergüenza demostraron a toda España su falta de piedad y acción, hoy continúan en sus sillones, mostrándose impasibles ante los ciudadanos.
Los muertos no son números, muchos se podían haber salvado.
Las víctimas no lo olvidarán nunca y España se resquebraja con semejantes personajes, sin ningún valor.
Lo pagarán, lo tienen del color del agua con barro fango cañas y hojarasca que vimos inundar los pueblos de Valencia y no olvidamos las cañas como lanzas que aceleraron finales, todo por no limpiar los cauces, otra de las grandes ideas de los falsos expertos en medioambiente. ¿QUÉ EXPERTOS?
Seguro serán como los inexistentes del COVID. Así nos va con tantos listos de pacotilla, se están convirtiendo en ejecutores, de grandes desgracias. Todos los que tenían y que tienen, alguna obligación por su cargo, saben que se tendrán que enfrentar al veredicto final de unos jueces, dignos y fieles a su juramento, cumpliendo la ley.
¡Viva Valencia y su buena gente! ¡España entera está con vosotros! Su primavera no será como las anteriores, llenas de paz y felicidad, pero tenéis toda nuestra comprensión y pesar de la grandísima mayoría de los españoles. Es tanto el dolor, que es imposible dormirlo en vuestros y en nuestros corazones.
¡Estamos con vosotros!