¿Quién escribió realmente la Biblia? Las cuatro teorías que explican su origen y el papel de Dios en cada una

22 de abril de 2025
3 minutos de lectura
Fuente: Canva

Hoy en día, los estudios bíblicos modernos coinciden en que ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento fueron escritos por una sola persona, sino por múltiples autores y comunidades

La Biblia presenta una visión general de la historia del mundo según la fe cristiana: la creación del universo, la caída del hombre, la redención a través de Jesús y el juicio final de Dios sobre vivos y muertos. Se divide en dos partes principales: el Antiguo Testamento, que relata los orígenes del mundo y la historia del pueblo de Israel, y el Nuevo Testamento, que narra la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, y concluye con el Apocalipsis.

Durante los primeros cuatro siglos del cristianismo, la Iglesia no tenía un canon definido del Nuevo Testamento. Fue en el año 367 d.C. cuando se establecieron oficialmente los 27 libros que lo componen. A partir de allí surgió una pregunta crucial que ha persistido a lo largo de los siglos: ¿quién escribió realmente la Biblia y cómo fue ese proceso?

Existen varias teorías sobre la autoría de la Biblia. La primera sostiene que fue un “dictado divino”. Según esta creencia, Dios fue el autor directo del texto, dictando palabra por palabra a los escritores bíblicos. Esta idea fue defendida por figuras como Justino Mártir, Calvino y Tomás de Aquino. Para muchos, esta visión implicaba que la Biblia era perfecta e infalible.

Con la Reforma protestante en el siglo XVI, surgió una visión más enfocada en la autoridad exclusiva de las Escrituras. Reformadores como Calvino defendieron que los profetas hablaron guiados por el Espíritu Santo, no por su propia iniciativa. Esta noción reforzó la idea de que la Biblia no contenía errores, ya que era obra directa de Dios.

Otra teoría es la de la inspiración divina indirecta, que sostiene que Dios inspiró a los autores humanos, pero no dictó cada palabra. Esta visión acepta cierto grado de participación humana en el texto y, por tanto, la posibilidad de errores no esenciales. En el siglo XVII, teólogos como Bonfrère y Newman defendieron que la Biblia es infalible en cuestiones de fe y moral, pero no necesariamente en historia o ciencia.

Durante el siglo XIX surgió una interpretación aún más liberal: los autores bíblicos fueron personas influidas por Dios, pero también por su cultura, contexto y época. Esta teoría acepta errores en el texto y considera que la inspiración divina no garantiza precisión científica o histórica. Sin embargo, el Vaticano I reafirmó en 1868 que Dios seguía siendo el autor de ambos Testamentos.

La cuarta teoría propone que la Biblia es puramente una obra humana. A finales del siglo XIX, en ambientes cristianos liberales, se comenzó a ver la Biblia como un texto creado sin intervención divina. Se analizaba con los mismos métodos aplicados a otros textos antiguos, y se reconocía que muchos de sus libros eran producto de ediciones y colaboraciones a lo largo del tiempo.

Evangelios

Hoy en día, los estudios bíblicos modernos coinciden en que ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento fueron escritos por una sola persona, sino por múltiples autores y comunidades. Por ejemplo, el Evangelio de Marcos fue escrito unos 30 años después de la muerte de Jesús, y sirvió de base para los evangelios de Mateo y Lucas. Los evangelios fueron anónimos originalmente, y solo más tarde se les atribuyó a figuras como Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Además de los textos canónicos, existen los libros apócrifos, escritos entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Aunque la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas los consideran parte de la Biblia, los protestantes los excluyen. La diversidad de autores y versiones demuestra que la Biblia es un compendio complejo, que fue moldeado por siglos de tradición, fe y cultura.

La pregunta sobre quién escribió la Biblia sigue siendo importante porque define cómo se la interpreta. Si se cree que es un texto divinamente inspirado, sus enseñanzas tienen un peso trascendental. La Biblia ha moldeado la visión del mundo en la civilización occidental, ha influido en leyes, valores y costumbres, y sigue siendo fuente tanto de consuelo espiritual como de controversia cultural y social.

*Información de El Observador.

Responder

Your email address will not be published.

No olvides...

Café Montaigne 339: Juan Rulfo y la inmortal de su obra

JESÚS R. CEDILLO…

Jenny Erpenbeck, la RDA y el desencanto de una generación

MERCEDES ÁLVAREZ El último Premio Booker Internacional fue para la alemana Jenny Erpenbeck con su novela Kairós. Una historia de pasión…

Más que un antojo: la historia del helado y su evolución hasta llegar a ti

Quién no asocia un helado a un momento de felicidad. En tiempos de calor este rico alimento trabaja como un…

Domingo de Resurrección: ¿Por qué es una de las fechas más importantes del cristianismo?

La Pascua conmemora la resurrección de Jesús y marca el momento más sagrado del calendario cristiano, símbolo de fe, esperanza…