Hugo Orlando Gatti, el eterno ‘Loco’ del fútbol argentino, colgó definitivamente los guantes este domingo a los 80 años. Murió en Buenos Aires tras dos meses de internación por una neumonía que se complicó con una fractura de cadera y una infección hospitalaria. Ídolo de Boca, dueño de récords, polémicas y frases inolvidables, Gatti deja una huella indeleble en el arco y en la historia del deporte. Ídolo de Boca, dueño de récords, polémicas y frases inolvidables, Gatti deja una huella indeleble en el arco y en la historia del deporte, según una información publicada en Europa Press.
Gatti fue mucho más que un portero: fue un showman del fútbol. Se atrevió a reinventar el puesto, jugando con los pies cuando nadie lo hacía, desafiando a delanteros y a los códigos del fútbol clásico. Sus paradas —y sus locuras— en River, Boca y Gimnasia lo convirtieron en una figura de culto. En Argentina ostenta el récord de partidos en Primera División (765) y penaltis parados (26). Fue clave en la conquista de la Copa Libertadores 1977 con Boca Juniors.
Su pique con Maradona quedó grabado en la memoria del fútbol. Tras unas declaraciones suyas sobre el físico de Diego, éste le prometió hacerle cuatro goles. Y cumplió. Fue en 1980, con Argentinos Juniors. La hinchada de Boca terminó ovacionando al ’10’ rival. Meses después, compartirían vestuario y título. Una historia de rivalidad, talento y respeto que ilustra toda una época del fútbol argentino, según una información escrita por Oscar Barnada, publicada en Clarín.
En España se convirtió en tertuliano habitual de programas como «El Chiringuito», donde con su melena plateada, gafas de sol y lengua afilada, era una mezcla de sabiduría callejera y espectáculo mediático. Defensor acérrimo del Real Madrid, sus frases y gestos eran puro magnetismo televisivo.
Gatti se va con el aplauso de dos continentes. Fue ídolo en La Bombonera, leyenda del arco y estrella de la televisión española. En el país que eligió para vivir los últimos años de su vida, deja una huella imborrable. Fue único, irrepetible. Loco hasta el final.