Las intensas lluvias que han azotado Andalucía en las últimas horas han obligado a una veintena de embalses a liberar agua ante la incapacidad de retener todo el caudal acumulado. La situación es especialmente preocupante en el embalse del Agrio, en Sevilla, donde se ha activado un aviso rojo por «desbordamiento significativo», lo que indica un riesgo alto de crecida.
Según datos actualizados por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), actualmente 47 embalses están desembalsando agua, aunque 24 de ellos lo hacen con un caudal superior a un metro cúbico por segundo. La situación ha sido provocada por el paso de la borrasca Laurence, que en los últimos días ha dejado precipitaciones generalizadas en la región, aumentando drásticamente los niveles de agua embalsada.
En Córdoba, 15 de los 16 embalses están liberando agua, salvo el de Arenoso. Se mantiene un aviso naranja en Sierra Boyera, donde el nivel de crecida es inusual, y un aviso amarillo en Bembézar por un caudal superior al habitual.
En Jaén, 11 de los 15 embalses están desembalsando, aunque algunos lo hacen a niveles mínimos. Se mantiene aviso amarillo en el embalse de Fresneda, lo que implica seguimiento preventivo.
En Sevilla, solo un embalse no libera agua, mientras que el del Agrio sigue en situación crítica. También hay avisos naranjas en los embalses de El Gergal y Melonares, así como nivel amarillo en Huesna y Pintado.
Por su parte, en Granada, los 11 embalses están liberando agua, aunque nueve lo hacen con menos de un metro cúbico por segundo, destacando el de Francisco Abellán con 4,28 m³/s.
Las autoridades siguen de cerca la evolución de la situación y han recomendado precaución en las zonas cercanas a ríos y embalses, ya que el incremento repentino del caudal puede provocar inundaciones en áreas cercanas. Aunque estas lluvias han supuesto un alivio para los niveles de los pantanos tras meses de sequía extrema, el riesgo de crecidas sigue latente. Además, la rápida liberación de agua en algunos embalses podría afectar infraestructuras cercanas y a poblaciones que dependen del curso estable de los ríos.
El paso de la borrasca Laurence ha provocado un incremento drástico en los caudales de los embalses andaluces, obligando a su desembalse forzado para evitar situaciones de colapso. Aunque estas precipitaciones alivian la crisis hídrica, también plantean nuevos desafíos, ya que los sistemas de drenaje en varias localidades no están preparados para recibir un volumen tan alto de agua en tan poco tiempo.
El embalse del Agrio mantiene el aviso rojo, con riesgo de desbordamiento significativo que podría derivar en problemas graves en las zonas colindantes. Las autoridades locales han recomendado a la población tomar precauciones y estar atenta a cualquier comunicado oficial. En caso de que el nivel del agua continúe aumentando, podrían tomarse medidas adicionales para evitar inundaciones que afecten a viviendas, carreteras y cultivos de la zona.
La lluvia ha llenado los embalses, pero ahora amenaza con provocar crecidas en varios puntos de Andalucía. La región ha pasado de una preocupante escasez de agua a una situación de posible desbordamiento en varias cuencas hidrográficas. Esto evidencia la falta de infraestructuras capaces de regular el flujo hídrico de manera eficiente y prevenir tanto la sequía extrema como las inundaciones. Los expertos señalan la necesidad de desarrollar un plan integral de gestión del agua que contemple tanto la captación en momentos de abundancia como su conservación para tiempos de escasez.