Hipatia de Alejandría, un símbolo del auténtico feminismo

JAVIER CASTEJÓN
(Doctor en el Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Virgen de las Nieves y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada)

Ejemplo significativo que representa esta lucha y estos valores, lejos de las demagogias políticas y planteamientos revanchistas contra el sexo masculino que representan muchas de las políticas hoy día

En el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, que conmemora la lucha de aquellas valientes obreras textiles que en marzo de 1908 salieron a las calles de Nueva York para protestar contra la explotación laboral y la desigualdad salarial, es necesario reflexionar sobre el verdadero significado del feminismo.

Sobre todo teniendo en cuenta la terrible represión que entonces sufrieron aquellas auténticas protagonistas de la historia, cuyo esfuerzo y sacrificio sirvió como base histórica para la progresiva demolición del ancestral machismo que hasta entonces había sido uno de los signos identitarios de la civilización.

Y nada más oportuno para celebrar dicha conmemoración que apoyarse en un ejemplo significativo que realmente represente esta lucha y estos valores, lejos de las demagogias políticas y planteamientos revanchistas contra el sexo masculino que representan muchas de las políticas desarrolladas hoy día al amparo de un espíritu que no representan en absoluto.

Símbolo del auténtico feminismo

Hablamos de Hipatia de Alejandría, símbolo del auténtico feminismo, basado en la fuerza que emana del amor a la verdad, la lucha hasta la muerte por la defensa de la libertad y la búsqueda del conocimiento como valor humano con el que dotar de sentido las incertidumbres de la existencia. Ella sí fue una mujer que, en una época dominada por el machismo y la misoginia, se erigió como faro del conocimiento, resistencia y dignidad, desafiando hasta la muerte el machismo y el oscurantismo imperantes en aquellos siglos.

Hipatia nació en el siglo IV d.C. en Alejandría, una ciudad que, aunque famosa por su biblioteca y su tradición intelectual, no estaba exenta de los prejuicios de su tiempo. Hija del matemático y filósofo Teón, Hipatia recibió una educación excepcional para una mujer de su época. No solo dominaba las matemáticas y la astronomía, sino que también era una filósofa neoplatónica de renombre y una maestra respetada por estudiantes de todo el mundo conocido.

Desafió todas las convenciones

En una sociedad donde las mujeres eran relegadas al ámbito doméstico y consideradas inferiores intelectualmente, Hipatia desafió todas las convenciones. No solo fue una erudita, sino que también se convirtió en figura pública, asesorando a líderes políticos y participando activamente en la vida intelectual de Alejandría. Su presencia en el espacio público, tradicionalmente masculino, fue un acto de rebeldía contra la misoginia imperante.

El feminismo de Hipatia no se basaba en consignas vacías ni en teorías pseudocientíficas, sino en el poder del conocimiento y la razón. Para ella, la igualdad no era una cuestión de retórica, sino de demostrar, a través de sus logros intelectuales, que las mujeres eran tan capaces como los hombres. Hipatia no necesitaba negar las diferencias biológicas entre los sexos para reivindicar su lugar en el mundo; simplemente, las trascendía a través de su intelecto y su trabajo.

«La verdad prevalecerá siempre sobre la mentira»&quot», era la afirmación que mas repitió a lo largo de su vida. Pero, a pesar de su brillantez y su contribución al conocimiento, Hipatia no escapó a la violencia misógina de su tiempo. En el año415 d.C., fue brutalmente asesinada por una turba de fanáticos religiosos que veían en ella una amenaza a su poder y a sus dogmas. Su muerte no fue solo un crimen contra una mujer excepcional, sino también un ataque contra la razón, la ciencia y la libertad de pensamiento.

Feminismo, en la encrucijada

En los tiempos que corren, el feminismo se encuentra en una encrucijada, patente incluso en las luchas internas de los movimientos que pretenden representar a las mujeres oprimidas del mundo. Nada tiene que ver el feminismo auténtico basado en la justicia, la razón y la lucha por los derechos fundamentales, representado por figuras como Hipatia y por aquellas obreras textiles que en 1908 salieron a las calles para exigir igualdad salarial y condiciones dignas de trabajo, con la demagogia pseudofeminista hoy imperante, basada en teorías pseudocientíficas y agendas políticas que en realidad menoscaban la lucha por la igualdad, reduciéndola a consignas vacías.

Este feminismo, lejos de empoderar a las mujeres, las infantiliza, presentándolas como víctimas perpetuas que necesitan de la intervención del Estado o de la corrección política para sobrevivir. En lugar de celebrar la excelencia y la individualidad, promueve la ambigüedad y la confusión, alejándose de los principios que alguna vez inspiraron a figuras como Hipatia.

Hipatia de Alejandría, con su vida y su legado, nos muestra que el verdadero feminismo no necesita de teorías absurdas ni de victimización para validarse.

Hipatia no luchó por ser incluida en cuotas de género ni por imponer narrativas ideológicas; luchó por el derecho a ser reconocida como una intelectual, una científica y una filósofa. Suya es la afirmación: «Reserva tu derecho a pensar, porque incluso pensar erróneamente es mejor que no pensar».

En este momento en que crecen las políticas demagógicas que pretenden torcer incluso el ámbito de la ciencia reclamando falsos feminismos en pro de intereses creados, es más oportuno que nunca recordar la afirmación de esta científica y filósofa cuya valentía le llevó a una muerte horrible: «El que influye en el pensamiento de su tiempo, influye en todos los momentos que le siguen, y deja su opinión para la eternidad».

La vida de Hipatia inspiró el filme Ágora (2009). Foto: Tomada de mujeresconciencia.com