Ya lo anunció el gran ministro de Justicia, Félix Bolaños: se ha acabado eso de presentarse como acusación popular en causas judiciales y se ha acabado eso de denunciar por sentirse ofendido por causas religiosas. ¡Ya está bien de tonterías!, vino a pensar sin decirlo Bolaños cuando salió en tromba por las quejas que suscitó en una parte de la sociedad española que Lalachus mostrará en la retransmisión de las Campanadas una estampita de una vaca con el Corazón de Jesús, símbolo de los cristianos.
¡Y ya está bien de tantos procesos judiciales contra los familiares del líder! Para el ministro de Justicia -de Justicia nada más y nada menos- tanta democracia no puede seguir así porque la gente la de por usarla y manifestarse. Tampoco lo ha dicho pero apostaría que lo ha pensado porque el señor Bolaños de ministro de Justicia tiene lo que yo de dean cardenalicio. Exacto, nada.
Y ya anunció que como están hartos en el Gobierno y en entorno del presidente de que los ciudadanos piensen y actúan por libre, pues han pensado que nada mejor que poner en marcha una ‘Proposición de Ley Orgánica de garantía y protección de los derechos fundamentales frente al acoso derivado de acciones judiciales abusivas’, que busca «impedir los mecanismos de acoso» por parte de grupos «ultras» que usan la acusación popular para fines propios y suprimir el delito de ofensas contra los sentimientos religiosos, que es utilizado «permanentemente por organizaciones ultras y fundamentalistas para perseguir a artistas y periodistas».
Dicho así suena fuerte y hasta importante y si lo piensas hasta los periodistas podíamos pensar que se trata de una medida justa para que nuestro trabajo vaya por derecho, pero quien hace la ley hace la trampa, que no sé si en este caso viene al pelo, pero podría, porque la medida que quiere aplicar el Ejecutivo es quitarle el derecho a una parte de la sociedad española a sentirse ofendido por quien utilice la religión como mofa o burla, y lo de Lalachus y otras acciones de este tipo pueden serlo.
Un católico tiene el derecho a pedir que se respeten sus creencias y sus símbolos porque, itero, mis derechos acaban justo cuando empiezan los de los demás y eso debe tener algún tipo de protección y amparo legal si no queremos que cada uno haga lo que le salga de la entrepierna y todo valga. Y un ciudadano o un partido, o una organización esté vinculada o no a una tendencia política, tiene derecho a pedir justicia si cree que algo la vulnera. Eliminarlo ‘por decreto’ no es el camino, no puede serlo señor ministro, señor presidente. La justicia tiene resortes para exigir responsabilidades cuando alguien la utilice de mala manera y la justicia debe permitir que un colectivo actúe, aunque se grate de la esposa o el hermano del presidente, que esa es la cuestión.
Es un paso más de un Gobierno, de un partido y de sus socios, para quitarse de en medio lo que le moleste y a quien le moleste, y eso huele muy mal. Y eso cuando además los expertos advierten de que la supresión del delito de ofensas contra los sentimientos religiosos establece que, una vez entre en vigor, deberá aplicarse de forma retroactiva a favor de reo, lo que implica que dará lugar a la misma dinámica de revisión de casos que la conocida como ley del ‘solo sí es sí’, según fuentes jurídicas consultadas por Europa Press.
Si siguen con sus reformas sin visión de futuro y permanencia, acabarán dándose cuenta que están legislando contra si mismos. Igual piensan que han venido para perpetuarse en el poder. Tezanos les está haciendo mucho daño.