Hoy: 18 de diciembre de 2024
Las autoridades estadounidenses han alzado la voz tras semanas de incertidumbre por el aumento de vuelos no identificados de drones en distintas partes de Nueva York y Nueva Jersey, generando preocupación entre ciudadanos y funcionarios. Legisladores y líderes políticos están exigiendo acciones inmediatas para identificar el origen de los drones y detener su actividad, la cual ha generado especulaciones sobre posibles riesgos para la seguridad pública.
El senador Chuck Schumer, líder de la mayoría en el Senado, solicitó este domingo al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) la implementación urgente de tecnología avanzada para rastrear drones y localizar a sus operadores. “Los neoyorquinos tienen muchas preguntas al respecto y merecen respuestas claras”, declaró Schumer en una conferencia de prensa recogida por Univisión Noticias.
Los avistamientos comenzaron el mes pasado, especialmente en áreas cercanas a instalaciones sensibles como el Picatinny Arsenal, una base de investigación y fabricación militar en Nueva Jersey, y el campo de golf en Bedminster, propiedad del expresidente Donald Trump. Esto desató una ola de preocupación debido a la posibilidad de que los drones representaran riesgos de espionaje, actos de sabotaje o interferencia extranjera.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, intentó tranquilizar a la población asegurando que los drones no parecen estar vinculados a actividades extranjeras ni representar una amenaza inminente. Sin embargo, reconoció que aún no hay respuestas claras sobre su origen: “Estamos trabajando en estrecha coordinación con las autoridades estatales y locales para resolver este asunto lo antes posible”.
Schumer ha instado al gobierno federal a desplegar un sistema de detección basado en ondas de radio, recientemente desclasificado, que permite identificar si un objeto volador es un dron, rastrear su señal electrónica y localizar su punto de aterrizaje. Según el senador, las autoridades estatales y locales no cuentan actualmente con las facultades legales ni con las herramientas necesarias para llevar a cabo estas tareas.
Por su parte, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, anunció la llegada de un sistema de detección federal que será implementado próximamente en el estado para apoyar las investigaciones de las fuerzas del orden. Aunque no se especificaron detalles sobre su ubicación o funcionamiento, Hochul aseguró que la medida es un paso clave para proteger la seguridad de los ciudadanos.
El fenómeno ha reavivado un debate sobre las lagunas legales en torno a la operación de drones en Estados Unidos. Actualmente, los operadores deben cumplir con las regulaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA), pero existen limitaciones que dificultan la identificación y neutralización de drones en situaciones sospechosas.
El representante republicano Mike Waltz subrayó en una entrevista con CBS que el problema refleja deficiencias en las capacidades de coordinación entre agencias como el DHS, las fuerzas locales y el Departamento de Defensa. “Es difícil de creer que no podamos identificar de dónde provienen estos dispositivos”, afirmó.
Un proyecto de ley que se debate en el Senado propone ampliar la autoridad de las agencias federales y permitir a las autoridades estatales y locales neutralizar o confiscar drones sin necesidad del consentimiento del operador.
Los avistamientos de drones no se han limitado a Nueva York y Nueva Jersey. En las últimas semanas, se han reportado casos similares en otros estados de la costa este, incluidos Connecticut, Pensilvania, Massachusetts y Virginia, generando inquietud por la posibilidad de que se trate de una actividad coordinada o parte de una nueva tendencia tecnológica aún sin regular.
El fenómeno ha sido particularmente alarmante para algunos líderes políticos, como el expresidente Donald Trump, quien ha pedido medidas mucho más drásticas, incluido el derribo de drones sospechosos.
Mientras la incertidumbre persiste, las autoridades federales se encuentran bajo presión para implementar soluciones tecnológicas rápidas y efectivas que permitan rastrear, identificar y detener estos vuelos misteriosos.
La situación ha dejado en evidencia la necesidad de actualizar las políticas públicas en materia de seguridad aérea y de drones, así como reforzar la colaboración interinstitucional para evitar que el uso indebido de esta tecnología genere riesgos reales para la población.