Hoy: 23 de noviembre de 2024
La atleta española de triple salto Ana Peleteiro, medallista de bronce en Tokio 2020, expresa su esperanza de dar su “máximo rendimiento” en los Juegos Olímpicos de París 2024, a los que llega después de un ciclo personal muy emotivo en el que se convirtió en madre y se casó.
La campeona de Europa y bronce en el Mundial pista cubierta no quiere entrar a valorar en detalle la pista “bastante dura” fabricada por Mondo en la que competirá en París, aunque sí que confía en que se batan muchos récords, especialmente de los atletas españoles.
“Desde que llegué a la Villa parece que son mis primeros Juegos porque en Tokio todo estaba vacío. En el comedor he estado con la kazaja Olga Rypakova oro y bronce en Londres 2012 y Río 2016, y en Tokio teníamos miedo a hablar con la gente. La experiencia es muy guay, pero no hay que distraerse con los diez mil estímulos de la Villa”, subraya la triplista.
En una rueda de prensa conjunta al lado de su compañero Jordan Díaz y los mediofondistas Adel Mechaal y Marta García, la saltadora gallega dice que tiene muchas ganas de competición. “Estoy deseando ver cómo se va a llenar el estadio con el deporte rey de los Juegos, que es el atletismo y confío en sacar esa versión mía que tanto espera y disfruta la afición”, expresa.
La bronce en los anteriores Juegos, los de la pandemia, se ha declarado sorprendida por el apoyo de los aficionados antes de los Juegos, aunque ha admitido que se ha quitado de ver sus redes sociales para centrarse en la competición. “Esa expectación no me la esperaba. Haber ganado el Campeonato de Europa hace que la gente sueñe y apueste por mí, y eso es todo un orgullo”, confiesa.
Peleteiro reconoce que ha sido un ciclo olímpico “muy emocionante” a nivel personal. “El hecho de apartarme un año y medio me ayudó y enseñó a apreciar el deporte de alto nivel. Cuando llevas muchos años pierdes la conciencia de la suerte que tienes por ser deportista, y ahora aprecio más estar aquí, lo que es ser olímpica y saltar lejos”, manifiesta.
La palabra estrella le parece algo exagerado para referirse a la atleta de Ribeira. “No me considero una estrella, pero sí una persona con mucha luz. Esa luz no solo me pertenece a mí sino a los que están a mi lado. Ojalá sea un referente para los niños del mañana”, desea la pupila de la factoría de Iván Pedroso en Guadalajara.
Confiesa que sí le gusta ver vídeos de otras atletas, pero de generaciones pasadas, para mejorar su técnica y esas “pequeñeces que te pueden hacer ganar una medalla olímpica”. “A mis rivales no las veo porque no me gusta la técnica de ninguna”, subraya.
Por su parte, Jordan Díaz, campeón de Europa con un salto de 18,18 metros, el tercero mejor de la historia, estuvo en el área internacional de la Villa Olímpica apenas unos minutos para marcharse a la carrera al entrenamiento.
“Los Juegos son una competición de alto nivel en las que hay que saber gestionar las emociones. Hay que tomarlo bien para que no te cree problemas a la hora de competir y estar lo más tranquilo posible”, deseaba.
En este sentido, el saltador de triple de origen cubano deseó que comience el concurso. “Tengo muchas ganas de competir. Es una competición muy diferente y estoy con ganas de que llegue. ¿El pasillo? No creo que haya mucha diferencia, no creo que influya mucho en el resultado”, aseguraba Díaz antes de abandonar la sala camino de ese pasillo olímpico.