Hoy: 24 de noviembre de 2024
Javier Milei (Buenos Aires, 1970) y su equipo comunicacional tienen, definitivamente, un problema cuando presentan su propio curriculum y el de la gente con la que se rodea. Antes de llegar a Madrid, la Editorial Planeta, editora de su libro El camino del libertario se vio obligada a retirar la primera edición porque en la solapa se introdujeron datos incorrectos sobre sus título universitario y presunto doctorado.
Pero ya en la capital española, al difundir el listado de empresas con las cuales Milei mantuvo un desayuno en el palacete de la embajada argentina, en la madrileña calle de Fernando el Santo, presenta a algunos participantes con títulos que no tienen. Por ejemplo: dice que contó con el “vicepresidente de Telefónica”, Alfonso Gómez Palacio, cuando es el presidente de Telefónica…de Hispam, el holding que agrupa las operaciones de ocho países de América Latina.
Las lista inicial de las empresas invitadas, gestionada por Bettina Bulgheroni, embajadora desde marzo pasado de la “Marca País Argentina”, a la que tuvo acceso este periódico, incluía como invitada a la ex ministra Trinidad Jiménez, directora de estrategia global de asuntos públicos de Telefónica.
Al parecer, un ajuste interno hizo caer a Jiménez, que fue sustituida por Gómez Palacio.
Milei salvó el match con la presencia del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y el de Iberia, Marco Sansavini. Los empresarios o banqueros de primera fila en España brillaron por su ausencia.
Eso sí, Alonso Aznar, hijo del expresidente José María Aznar, fue invitado de Bettina Bulgheroni, por el Consello Group, una llamada “Plataforma de Asesoramiento e Inversión”.
Precisamente, su padre visitó hace algunas semanas a Milei en la Casa Rosada, donde se fotografió con él y anunció: “Argentina va por buen camino”.
El principal propósito del viaje es devolver a su amigo Santiago Abascal el apoyo europeo que éste le brindó en la campaña presidencial argentina de 2023, cuando Milei era un paria en Europa. Ayer por Milei, hoy por Abascal, en el lanzamiento de la campaña europea de Vox a las elecciones del 9 de junio, en el acto multitudinario previsto para este domingo 19 de mayo en el Palacio de Vista Alegre.
Milei ha estado atrincherado en las habitaciones que él y su séquito han alquilado en el hotel Hyatt de la céntrica Gran Vía madrileña. Desde allí se trasladó a la sede del diario La Razón, donde presentó su libro el pasado viernes, y a la embajada argentina este sábado 18 de mayo para desayunar con sus invitados. Tras el baño de masas en Vista Alegre se ira al aeropuerto para abordar el avión presidencial.
En este viaje de carácter privado, según fuentes diplomáticas, los asesores de Milei incluyeron el desayuno con representantes de empresas a última hora. “Hasta ahora Milei fardaba con viajar en línea regular. Así cosechaba aplausos. Pero ha decidido utilizar el avión oficial que compró el anterior presidente Alberto Fernández. Y, claro, viajar a Madrid para apoyar a Abascal cantaba mucho. Por eso solamente a último momento se conoció que iba a tener lugar una actividad con representantes de empresas”, dijo una fuente a este diario.
El presidente argentino explicó a esos representantes en el desayuno de este sábado el guion que ya ha usado en una serie de encuentros durante los últimos meses. La gira comenzó en el Foro Económico de Davos, prosiguió luego en otras tres ciudades de Estados Unidos: la Conferencia de Acción Política Conservadora, en Maryland, Estados Unidos; la recepción en Miami, donde se le consagró la distinción Jabad Lubavitch, la dinastía jasídica judía ortodoxa, y en Los Ángeles, en el Foro del Instituto Milken.
El mensaje que explicó este sábado fue: por vuestro propio interés tenéis que ayudarnos a ser la nueva “meca de Occidente”.
Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha bendecido el programa de superajuste económico y social de Milei, es lo cierto que no termina de desembolsar los 15.000 millones de dólares que solicita el gobierno argentino.
De ahí los periplos que está realizando el presidente argentino. “Parece estar pasando el cepillo para que los fieles, las empresas encantadas con el libre mercado, decidan considerar la posibilidad de invertir en Argentina”, señaló un empresario consultado.
Cuando Milei, hijo del que llama su “progenitor”, Norberto Milei, empresario jubilado de la industria del transporte, fue elegido presidente en diciembre pasado, la Hayek Society, creada en honor del Nobel de economía Friedrich August von Hayek, le otorgó la “medalla Hayek”. Dicha entidad apoya las ideas de Alternativa para Alemania, el partido de ultraderecha en sintonía con Vox y las demás fuerzas europeas, y elogió a Milei por su “ visión clara de la economía de mercado capaz una vez más de poner los fundamentos de la libertad, prosperidad y paz social en la tradición de Ludwig Erhard, Ronald Reagan y Margaret Thatcher”.
Cuando se cumplieron cien días de la presidencia de Milei, un miembro de la Hayek Society, Gerd Habermann, escribió que el presidente argentino ha puesto en marcha no solamente su reforma “sino la abolición del estado de bienestar igualitario, y la destrucción socio-política (género y todo eso)”.
En efecto, a los diez días de ser ungido, Milei reformó por decreto de emergencia los derechos de los trabajadores a sindicalizarse; la protección ante los despidos; los controles de precios de la electricidad y de los servicios sanitarios así como el lanzamiento generalizado de privatizaciones, y prometió suprimir el banco central argentino.
El pasado 23 de marzo, Milei puso en su perfil oficial de la red social Instagram una imagen que es el remedo de una pintura al óleo de Napoleón Bonaparte (Napoleón en la víspera de su primera abdicación, Paul Delaroche, 1846), en este caso una pintura acrílica con su rostro sobre lienzo del pintor argentino Fabián Pérez), a la que acompañó el lema “¡Viva la libertad carajo!”.
No sabemos si después de potenciar la hiperinflación y la dramática crisis social en esa meca que proyecta Milei tendrá lugar la profecía autocumplida con la imagen de Napoleón Bonaparte abdicando su corona de emperador en Fontainebleau en 1814.
Pero es lo cierto que Milei, que carece de base parlamentaria, es la cabeza de un gobierno que reproduce rasgos bonapartistas, que empezó gobernando por decreto, y que pretende personalmente delegar, cual monarca, muchas de sus decisiones.
Un fantasma recorre Europa. El fantasma del mileismo.