Hoy: 28 de noviembre de 2024
Un hombre de 59 años reconoce en la Audiencia Provincial haber realizado tocamientos sexuales a la hija de su expareja, pero ha negado haberla violado o haberle exhibido pornografía.
La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares ha celebrado el juicio donde la Fiscalía pide una condena de 12 años y nueve meses de prisión, así como la expulsión del territorio nacional. Los abusos ocurrieron tanto en un municipio de Alicante como en Palma.
La menor reveló los hechos a su madre cuando ésta rompió definitivamente la relación con el hombre por una infidelidad y lo echó de la vivienda. La víctima no se había atrevido a hablar antes; su madre acababa de dar a luz a un hijo en común con el acusado hacía apenas un mes, y la menor no quiso contarlo hasta estar segura de que su padrastro no regresaría al domicilio.
“Me preguntó si iba a volver con él y le dije que no, que le había dado la última oportunidad. Entonces me dijo que me iba a contar algo, la vi angustiada”, ha expresado la madre, en el juicio, donde ha especificado que la víctima tenía miedo de que no le creyera por su vínculo con el acusado, del que acababa de nacer su hermano.
La víctima confesó entonces a su madre que, cuando ella se iba a trabajar, el hombre la manoseaba, le besaba y le enseñaba vídeos pornográficos. “Como para que ella aprendiera para cuando fuera más mayor, como si la estuviera entrenando”, ha apuntado la madre en su declaración.
La mujer ha confirmado que vio el vídeo en el teléfono de su entonces pareja, coincidiendo con el contenido que describió la menor: “Yo le revisaba constantemente el teléfono por sus infidelidades y porque era muy promiscuo. Él decía que se lo mandaban sus amigos y que no tenía la culpa de que se lo enviaran”.
A otra persona la menor le reveló también, como ratificaría posteriormente durante el proceso, que el hombre la había violado, y que cuando ella empezó a llorar él le dijo que lo harían, tener relaciones completas, “más adelante”, cuando fuera más mayor.
El hombre, por su parte, ha admitido tocamientos superficiales pero no penetración, ni tampoco la exhibición de pornografía. En su turno de última palabra el acusado ha insistido en que eso “nunca sucedió”. “Sucedió lo otro”, ha apostillado, pidiendo perdón a la víctima y a su propia familia e hijos.
La defensa ha solicitado que se le aplique una pena mínima de cuatro años y medio, o en cualquier caso no superior a ocho años y nueve meses. Además se opone a sustituir parte de la pena con la expulsión y pide considerar atenuantes de reparación del daño y confesión tardía. La Fiscalía ha mantenido su petición de cárcel y el juicio ha quedado visto para sentencia.