Hoy: 24 de noviembre de 2024
Hace años se comenzó a emplear el término gaslighting a raíz de una película, cuyo título en español fue Luz que agoniza o luz de gas para poder expresar mejor una conducta intencionada de manipular la mente de las víctimas y hacerles confundir la realidad, con multitud de definiciones adversas a las reales, haciendo que lleguen a dudar de su salud mental. Coloquialmente se dice: Le hicieron luz de gas.
Tenemos en la filmoteca una película británica de 1940 con ese título, fue la primera y otra con el titulo en inglés. En el diccionario aparece en la vigésimo tercera edición del año 2014, con un extenso significado. Luz de gas se puede ver hoy en alguna plataforma.
Es una forma de tortura que requiere adeptos, esos, los verdugos, que además de ser esbirros útiles, no se percatan que lo que pretenden implantar en las mentes de sus propios ciudadanos es una falsa realidad para beneficiarse ellos. No es lo mismo ser víctima que verdugo, como dicen ahora.
El verdugo ataca, la víctima recibe el dolor y la frustración. Lo hemos visto, plasmada esa acción, en historias de la realidad que han sido expuestas en muchas películas de espías, mafiosos, temas de política, incluso en vidas familiares para hacer ver lo negro blanco.
Si nos metemos en guerras en el mundo, y esto es una terrorífica verdad, pinchamos en hueso, pues es ahí donde con toda la maldad que un ser humano pueda practicar, se sacan un máster en su especialidad.
Lo vimos con auténtico horror aquel agosto del año pasado contra gente, la mayoría jóvenes que bailaban y que fueron atacados con total saña y bestialidad con el fin de hacer ver al mundo, pues existían cámaras que lo grabaron, que sintiésemos miedo de su poder, pudimos verlo espantados de tantísimo horror, como se actúa cuando no existe la más mínima piedad.
Todo ese espanto provocó esa guerra terrible que estamos padeciendo que se debate entre hermanos hoy en día y que continúa cobrándose víctimas. Siempre perdemos la población civil por los hechos no medidos de los políticos de turno. Esos que no saben poner en práctica que la política sirve para evitar conflictos y guerras, no para provocarlas. ¿Nos hemos vuelto inhumanos? Cuando se pierden los conceptos de la moralidad, el individuo puede llegar a todo lo que infrinja la verdad de un colectivo, y se convierte en una tortura mental.
Es demasiado peligroso tener gente así cerca y más si tienen poder del tipo que sea, en una sociedad donde la mayoría son personas con principios porque sus antepasados se dedicaron a inculcar en ellos ese don llamado dignidad. El gaslighting es una forma de abuso psicológico para que los individuos que lo padecen se lleguen a cuestionar su realidad.
¿Qué pasa si lo que escuchas un día y queda publicado, pero pasados unos días, aquello que se dijo, dicen que no se dijo?
Y que cuando se saca a la luz, quieren castigar por haberlo expuesto a todo aquel que divulgó esos cambios de opinión que tienen un nombre, faltar a la verdad.
Por eso estamos sometidos a un gaslightihg, por tanto a una tortura mental, todos los que no comulgamos con esas normas tan disparatadas impuestas sin haber consultado a la ciudadanía, gracias a la libertad de prensa seremos libres de la verdad, solo los que tienen algo que ocultar quieren tapar su cobardía poniendo mordazas por miedo a las voces libres que traspasan fronteras y llegan a todas partes.
Que no se callen, adelante y sin miedo, la prensa libre es necesaria de un lado y de otro, siempre con verdad y profesionalidad. Nuestra admiración a esos periodistas que son leyenda viva por sus trayectorias y son nuestros guías diarios, la libertad no es solo una palabra, es un hecho para crear una nación con futuro, el bozal y las manos atadas lo impiden.
No queremos el pensamiento único.
Todos somos diferentes.
No somos marionetas.
No queremos llorar a la vez.
Ni sonreir a la vez.
Ni vitorear a la vez.
No somos siervos.
Somos individuos libres, respetando las leyes.
Tenemos opinión y eso es lo que nos diferencia de los pueblos dominados.
¡DEMOCRACIA ES VIVIR EN LIBERTAD!
Todo nuestro apoyo y admiración a esa prensa libre que no se vende por nada ni por nadie.
El periodismo real informa, los lectores somos los que elegimos libremente cual es el más fiable, no necesitamos gestores ni censores habidos de medrar para el amo.
No permitamos otra vez ese tiempo de oscurantismo verbal y escrito, los mayores lo hemos conocido y la verdad es que no hay que ir para atrás, ni para tomar impulso.
¡VIVA LA LIBERTAD!
El adoctrinamiento que ya lleva décadas y muchas generaciones implantando en Cataluña, se intenta extender a todo España desde hace unos años. No hay nada peor en una sociedad que ésta se vuelva indiferente a la mentira de sus dirigentes. Afortunadamente seguimos teniendo un periodismo que lucha por mantener su propia voz , sea de la opinión que sea pese a los intentos de manipulación constante que sufren para tener ya totalmente controlada las mentes de los ciudadanos. Una verdadera tortura, así es.