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Un grupo de científicos estudia el origen biológico del carbono en rocas de 3.900 millones de años

Grafito encontrado en las rocas Nunatsiavut relacionado con formas de vida de 3.950 millones de años I Fuente: TSUYOSHI KOMIYA

Un hallazgo muestran que el grafito puede provenir de sustancias líquidas que contienen carbono, hidrógeno y oxígeno

La composición del carbono en las formaciones de hierro del complejo Saglek-Hebron en Nunatsiavut (Canadá) se ha considerado como evidencia de los primeros rastros de vida en la Tierra, según informa Europa Press.

Un nuevo estudio publicado en Nature Communications muestra que las características petrográficas, geoquímicas y espectroscópicas del grafito (la forma cristalina del carbono) encontrado en las rocas sedimentarias químicas de Saglek-Hebron son de hecho “abióticas”, es decir, aspectos físicos o químicos no vivos de un entorno o carentes de vida.

Los investigadores revisaron las firmas isotópicas en estas rocas. Sus hallazgos muestran que el grafito puede provenir de sustancias líquidas que contienen carbono, hidrógeno y oxígeno, probablemente originadas a partir de la descomposición de materiales orgánicos antiguos.

“Nuestro estudio se centra en las rocas sedimentarias químicas encontradas en Saglek-Hebron. Estas rocas, entre las más antiguas de la Tierra, datan de hace 3.900 millones de años, se crearon a través de la precipitación oceánica. Incluyen formaciones de hierro bandeado que pueden haberse formado por la actividad de las bacterias”, explica el coautor Jonathan O’Neil, profesor asociado en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Ambientales en la Universidad de Ottawa.

“Son ideales para estudiar procesos biológicos antiguos. Nuestro estudio desafía la interpretación anterior de que la composición isotópica de carbono de estas rocas es indicativa de un origen biológico, sino que sugiere características abióticas. Esto nos impulsa a reconsiderar los procesos responsables de las firmas isotópicas y cómo podrían vincularse a la acción de los microorganismos”, agrega O’Neil.

La investigación del año pasado

Se centró en muestras recogidas en Nunatsiavut durante una campaña de campo en 2016. La caracterización petrológica se llevó a cabo en Ottawa y el análisis espectroscópico del carbono grafítico se llevó a cabo en Londres, Reino Unido.

“Se ha estudiado el carbono grafítico de muestras de rocas sedimentarias químicas en tres muestras de rocas sedimentarias que tienen casi 3.900 millones de años. El análisis espectroscópico de este carbono grafítico sugiere que se formó a partir de fluidos metamórficos (a temperaturas de más de 500 °C), en lugar de mediante procesos que implican la acción bacteriana”, dice O’Neil.

La investigación muestra que el grafito en las rocas puede haberse formado sin vida orgánica, posiblemente a través de un proceso de extracción de carbono. El grado de cristalización del grafito se correlaciona con el metamorfismo de las rocas, lo que indica que el metamorfismo afecta a la conservación y el cambio de los materiales basados en carbono.

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