Trump & Putin, el poder personal de la perversión y el ‘alea acta est’ en el cruce del Rubicón de la paz para Ucrania

El show de la Casa Blanca acaba como el rosario de la Aurora, la crónica anunciada del pacto Trump-Putin para poner fin a la guerra de Ucrania

Fue una encerrona diplomática y política.

El autoproclamado nuevo emperador ha bajado su dedo pulgar.

Alea acta est.

La suerte está echada.

Solo faltó un mensaje de Trump alertando a Putin: “Vladimir, pon la tele”.

Porque el mensaje de Trump a Putin no podría ser más claro: estamos juntos.

Trump nunca ha ocultado su admiración por Trump.

Desde 2014, ha entendido el uso de la fuerza militar por parte de Putin. En abril de ese año, un mes después de la anexión de Crimea, dijo que Putin había hecho un trabajo increíble.

Un año más tarde, le preguntaron a Putin por la candidatura de Trump en las elecciones a la presidencia de EE.UU.

Le puso un sobresaliente.

Es curioso la coincidencia entre Trump y Aznar en vanagloriarse de sus relaciones con Putin después de la guerra de 2014 en Crimea y el Dombás.

El expresidente del gobierno español visitó en 2016, dos años después de la anexión de Crimea, a Putin en viaje privado.

Con anterioridad, según ha dejado constancia en su libro de memorias publicado en 2005, le había dado sus impresiones al presidente George W. Bush, en una escala de éste en Madrid, para visitar a Aznar en el Palacio de la Monclo, antes de trasladarse a Eslovenia al encuentro con Putin.

“Parece que Putin es un hombre de fiar, no hay que olvidar nunca que es vital que exista en Rusia un poder central fuerte. Le dije [a Bush] que tenía la impresión de que con Putin era posible llegar a acuerdos” (Retratos y perfíles, 2005).

Y tras su visita privada en junio 2016, Aznar dijo: “Ayer mantuve un encuentro muy cordial con Vladimir Putin en el Kremlin. Son varias las ocasiones en que nos hemos reunido desde que dejé la presidencia del Gobierno [2004] y siempre me he entendido bien con él. Tenía y tiene un proyecto para Rusia”.

Nunca reveló Aznar las razones por las cuales había visitado a Putin en varias ocasiones desde que dejó de ser presidente del gobierno de España. Negocios privados.

Volvamos a Trump^.. En 2018, en una reunión con Putin en Helsinki el entonces presidente Trump, aceptó la afirmación de Putin de que no había intervenido en las elecciones de 2016, lo que era, según el FBI, un hecho probado.

El senador republicano John McCain, dijo: “Ningún presidente se ha rebajado más abyectamente ante un tirano.

¿Por qué ha desarrollado esta relación Trump con Putin?

Hay que seguir la pista del dinero para entender la relación Trump-Putin.

Rusia ha sido una fuente de financiación en el pasado para el imperio económico de Trump. Eso fue a principios de los años 2000, Trump tenía cerradas las puertas de los bancos para financiar su grupo. Sus negocios estaban en quiebra.

Pero el dinero le llegó de Rusia. Los negocios ha aprendido Trump nada tenían que ver con la política exterior.

En 2008 Putin invadió Georgia. Y su hijo Donald Trump Jr, reconoció en esa época que los fondos rusos constituían una parte bastante desproporcionada de los activos del grupo Trump.

En 2016, el candidato presidencial Trump admitió haber revendido una mansión de Florida a un oligarca ruso. Trump la había comprada por 40 millones de dólares y la revendió por 100 millones.

Durante la primera presidencia de Trump, habían comprado cantidad de propiedades del presidente-promotor inmobiliario. Fueron 100 millones de dólares en siete edificios de apartamentos de Trump.

Y estos días, con ocasión de la reunión de las delegaciones de EE.UU y Rusia en Riad, los negocios volvieron a la agenda.

El jefe del fondo soberano de Rusia dijo a la delegación de Trump en las conversaciones en Riad, el pasado 18 de enero, que había “ganancias conjuntas” que se podrían obtener tan pronto como se levantaran las sanciones en Rusia,

Según explicó Kirill Dmitriev, las empresas estadounidenses habían perdido 324.000 millones de dólares desde el inicio de la guerra.

Las relaciones de Trump con Ucrania fueron buenas al punto que en 2017, durante su primera presidencia, Trump incrementó la asistencia militar, aportándole los conocidos misiles antitanque llamados Javelin. El presidente era el oligarca Petro Poroshenko. Se le enviaron 210 misiles y 37 lanzaderas. En total: 47 millones de dólares.

Pero cuando Zelensky llevaba pocos meses en la presidencia, en julio de 2019, se planteó entre Trump y Zelensky una situación de chantaje.

Estamos en el año previo a las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

El presidente ucraniano solicitó, en una llamada telefónica realizada el 25 de julio, la compra de una nueva partida de misiles Javelin.

Según el memorándum de la conversación, difundida por La Casa Blanca, Trump pidió a Zelensky que le ayudase con una investigación sobre sus rivales políticos. En concreto: que se abrieran indagaciones sobre negocios de Hunter Biden, hijo de Joe Biden, el candidato del partido Demócrata a las elecciones presidenciales de 2020.

Trump congeló la solicitud de Zelensky durante dos meses para presionar a Zelensky y conseguir la investigación que quería para atacar a Biden. Zelensky no cedió. Y el Congreso obligó a Trump a conceder las ayudas. El 12 de septiembre de 2019 la Casa Blanca levantó el veto.

Más tarde, en octubre de 2019, Trump aprobó la venta por valor de 39 millones de dólares de armamento letal defensivo, entre ellos 150 misiles Javelin.

De modo que como le recordó a Zelensky el viernes pasado, 28 de febrero, en el show de la Casa Blanca, Trump armó a Ucrania antes que Biden y después de que el presidente Obama solo le aportara “sábanas”.

Pero la perversión del poder y el poder de perversión que acompañan a Trump y a Putin tiene más morbo.

Según Christopher Steele, ex agente del M16 o SIS, el servicio inteligencia exterior del Reino Unido, Putin posee material comprometedor sobre Trump información personal y financiera sensible sobre Trump, recopilada con ocasión de un viaje de Trump a Moscú en 2013 cuando su imperio poseía el concurso de Miss Universo.

Y ya de paso: ¿por qué visitó Aznar en varias ocasiones el Kremlin, como ha dicho, después de que Putin anexionase Crimea y se hiciera fuerte en la región del Dombás en 2014.