El sospechoso del asesinato de Charlie Kirk ha sido identificado como Tyler Robinson, un joven de 22 años residente en Utah (Estados Unidos), según informaron las autoridades este viernes durante una rueda de prensa.
«Damas y caballeros, lo tenemos. En la noche del 11 de septiembre, un familiar de Tyler Robinson contactó a un amigo de la familia, quien a su vez contactó a la Oficina del Sheriff del Condado con información de que Robinson les había confesado o insinuado que había cometido el incidente», detalló el gobernador del estado, Spencer Cox.
Previamente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había confirmado en una entrevista con la cadena Fox News que el sospechoso del asesinato de Charlie Kirk ya se encontraba bajo custodia. Kirk perdió la vida el pasado miércoles tras recibir un disparo en el cuello mientras participaba en un acto en un campus universitario de Utah.
El caso ha generado una gran conmoción en el país. Los agentes recibieron más de 7.000 pistas y entrevistaron a más de 200 personas durante la investigación. De hecho, el FBI ofreció una recompensa de 100.000 dólares por información veraz que condujera a la captura del asesino.
Charlie Kirk, de 31 años, era un conocido activista de la derecha radical y aliado cercano de Trump. El miércoles, durante una charla en la Universidad del Valle de Utah ante más de 3.000 personas, recibió un disparo certero en el cuello que acabó con su vida. Los vídeos del ataque muestran a un individuo en el tejado de un edificio cercano, a unos 150 metros del lugar. Tras el crimen, se halló un rifle Mauser calibre 30 con munición en un bosque cercano, ahora bajo análisis de las autoridades.
El asesinato de Kirk ha puesto en el centro del debate la vulnerabilidad de los actos políticos en Estados Unidos. Expertos consultados por Associated Press señalaron que las medidas de seguridad de eventos universitarios al aire libre presentan limitaciones importantes. «El asesinato ofrece el último ejemplo de cómo las medidas de seguridad ordinarias pueden ser burladas en una era de escalada de violencia política», advirtió un informe de seguridad.
Pese al clima de tensión, Trump declaró que no suspenderá sus apariciones públicas. «Hay que seguir adelante», dijo al ser consultado sobre la agenda tras el asesinato. Asimismo, expresó que no quiso ver el vídeo del ataque: «No quiero recordar a Charlie de esa manera. Es horrible, por lo que escuché».