Si esas tertulias son con personas próximas a nuestras opiniones, el respeto
y la educación estarán siempre presentes.
Pero opinar lo no correcto, para esos detractores que siempre están al acecho,
te arrastrará a no ser invitado a esas tertulias ,donde inexorablemente
siempre existe «el gallo del corral» que intentará imponer su criterio sobre
el de los demás.
Cuando te constriñen la libertad, no asistas a esas malllamadas tertulias.
Saldrás con pesadumbre, te lo aseguro y para no opinar, mejor ir al cine
que te envolverá en esa enorme pantalla y en la oscuridad de la sala,
Entrarás libremente en ese guión que logrará hacerte sentir protagonista,
sin tener que discrazarte tú, ni tus sentimientos.
Si esas tertulias son con personas próximas a nuestras opiniones, el respeto
y la educación estarán siempre presentes.
Pero opinar lo no correcto, para esos detractores que siempre están al acecho,
te arrastrará a no ser invitado a esas tertulias ,donde inexorablemente
siempre existe «el gallo del corral» que intentará imponer su criterio sobre
el de los demás.
Cuando te constriñen la libertad, no asistas a esas malllamadas tertulias.
Saldrás con pesadumbre, te lo aseguro y para no opinar, mejor ir al cine
que te envolverá en esa enorme pantalla y en la oscuridad de la sala,
Entrarás libremente en ese guión que logrará hacerte sentir protagonista,
sin tener que discrazarte tú, ni tus sentimientos.