El Hospital Los Madroños desarrolla una terapia experimental de estimulación eléctrica periférica para reducir el temblor de los pacientes de Parkinson, que actualmente sigue sin cura pero cuyos síntomas como temblores, rigidez muscular, lentitud de movimientos, dificultad para andar y pérdida del equilibrio pueden ser mejorados a través de las nuevas tecnologías.
La estimulación eléctrica periférica sirve como alternativa a medicamentos o cirugía para reducir el temblor, y consiste en la activación de ciertos nervios para generar contracciones musculares o modificar las señales sensoriales del cuerpo; una versión más específica de esta técnica, llamada estimulación eléctrica periférica sensorial, se enfoca en estimular únicamente las fibras nerviosas sensoriales.
Esta estimulación sensorial es una estrategia «prometedora» para suprimir el temblor, si bien aún no se comprende de forma completa su funcionamiento a nivel neurofisiológico, razón por la que se ha puesto en marcha un estudio clínico para medir de forma objetiva los efectos de la estimulación sensorial sobre los síntomas relacionados con el temblor.
Para ello, se ha desarrollado un protocolo experimental que evalúa la disminución del temblor con avanzados sistemas tecnológicos y escalas clínicas, buscando así cuantificar sus efectos agudos a corto y a largo plazo.
Dentro del proyecto AI4HealthyAging (AI4HA), que ha sido financiado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de la convocatoria de Misiones de la Inteligencia Artificial del año 2021, se ha desarrollado un segundo estudio clínico que ha sido integrado en el protocolo de seguimiento de los pacientes, y que consiste en un estándar de evaluación basado en tecnología para realizar este seguimiento.
«La evaluación clínica por sí sola resulta insuficiente, por lo que la tecnología juega un papel crucial en la comprensión y monitoreo de la progresión de la enfermedad, además de lograr mejorar la calidad de vida del paciente. El protocolo implementado tiene como objetivo principal valorar de forma objetiva la evolución de los síntomas de la enfermedad de Parkinson, sentando las bases para la personalización de los tratamientos», ha declarado la ingeniera biomédica del Hospital Los Madroños, Francesca Lunardini.