Las empresas tecnológicas más poderosas del mundo, conocidas como las “siete magníficas”, atraviesan uno de sus momentos bursátiles más críticos en años. En conjunto, han perdido más de 5.3 billones de dólares en valor de mercado, como consecuencia directa del nuevo paquete de aranceles globales anunciados por Donald Trump.
Desde que el expresidente estadounidense confirmó la imposición de un 10 % de tarifas a escala internacional —con especial dureza sobre la Unión Europea y China—, los índices de Wall Street han entrado en caída libre. El Nasdaq ha registrado pérdidas del 12 % y el Dow Jones ronda el 10 %, reflejo de la sacudida financiera, según una información de EFE.
Ninguna de las grandes tecnológicas ha salido ilesa. Apple, que llegó a rozar los 3.89 billones de dólares en capitalización, ha bajado a 2.83. Nvidia, que en meses anteriores superaba los 3.7 billones, ha descendido a 2.3. Microsoft ha perdido más de 700 mil millones de dólares. Incluso empresas con alto margen de beneficio como Amazon, Alphabet o Meta han sufrido correcciones notables. En el caso de Tesla, su desplome anual supera el 41 %.
Curiosamente, muchas de estas compañías se beneficiaron en su momento de la cercanía política y empresarial con Donald Trump. Sin embargo, su alta dependencia de la producción y exportación en Asia, especialmente en China, las ha convertido en blanco directo del conflicto comercial. Las consecuencias comienzan a sentirse en la confianza inversora y en las proyecciones de crecimiento para el segundo semestre del año.
Expertos del sector financiero coinciden en que, tras años de crecimiento acelerado y valoraciones récord, el mercado está ajustando cuentas. “Era una corrección esperada, pero se ha producido con una violencia poco habitual”, señalan desde XTB. A esto se suma el temor de que la guerra comercial dispare la inflación, frene el consumo y complique los planes de la Reserva Federal en materia de tipos de interés.
La tensión geoeconómica crece y los inversionistas buscan refugio mientras analizan si las pérdidas actuales son coyunturales o el inicio de una tendencia a largo plazo. Las próximas semanas serán clave para valorar el impacto real de los aranceles en las grandes tecnológicas, que durante años fueron el motor del crecimiento de Wall Street.