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“Señor Reynders: No se deje usar” 

Señor hablando en la UE

El comisario de Justicia Europeo Gidier Reynders en el Parlamento de Bruselas. | EP

Carta abierta al comisario europeo de Justicia Didier Reynders ante su próxima visita a Madrid, el lunes 30 de septiembre

Ernesto Ekaizer / El Periódico de Catalunya

Excelentísimo Señor Didier Reynders, Comisario Europeo de Justicia: 

Tengo el atrevimiento de dirigirme a usted señor comisario después de seguir durante largos años la situación de la justicia en este país, y, especialmente, la transformación del estado de derecho en el Estado Judicial Español, tomando prestada la expresión del profesor alemán Bernd Rüthers (‘La revolución secreta, del Estado de Derecho al Estado Judicial’, Marcial Pons, 2020).  

La Comisión Europea -primero a través de su predecesora en el cargo, Vĕra Jourová, y desde hace varios meses, por usted mismo- ha exhortado durante los dos últimos años sobre la necesidad de “normalizar” lo que es “anormal” en España: entre esas anomalías están la caducidad del mandato de magistrados que no son sustituidos y la existencia de un Poder Judicial, es decir, el órgano de gobierno de los jueces, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyos vocales siguen sin ser renovados desde el 4 de diciembre de 2018. 

Pero durante cada visita de un comisario europeo de justicia o con ocasión de un comunicado procedente de la Unión Europea, los mensajes transmitidos son manipulados y utilizados para que, mira por dónde, aquellos que bloquean la renovación lleven agua a su propio molino. 

Y en ese accidente afloró el punto de vista del PP sobre el pacto

He apuntado la fecha del 4 de diciembre de 2018 porque es el punto de partida para desembocar en la situación actual. En noviembre de aquel año, los dos partidos, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que entonces llevaba algo menos de seis meses en el Gobierno, pactaron la renovación del CGPJ en los plazos que exigía la Constitución. Con el mismo sistema de elección vigente durante los gobiernos anteriores de José María Aznar y Mariano Rajoy, ambos del PP. Es decir: no había por parte del principal partido de la oposición, entonces dirigido por Pablo Casado, objeciones al sistema de elección. 

Pero el pacto entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el PP, a días del vencimiento del plazo para hacer la renovación, tuvieron, por así decir, un “accidente político”: la filtración del nombre del que sería el nuevo presidente del Tribunal Supremo y CGPJ, el entonces presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo Manuel Marchena. 

Según un ‘WhatsApp’ de Ignacio Cosidó, entonces portavoz del PP en el Senado, los miembros de su bancada, la negociación era tan ventajosa que incluso se daba el PP el lujo de tener menos vocales en el CGPJ que el PSOE. En el pacto, el PP tendría 9 vocales, pero, atención, se apuntaba como número 10 al presidente (Marchena), y el PSOE se alzaba como líder de 11 vocales, aunque no todos fueran exactamente suyos. “Ha sido una jugada estupenda”, decía Cosidó. Porque, contabilizaba entre los objetivos el siguiente: “Y además controlando la Sala Segunda [la que enjuicia a los aforados] desde detrás“. Se refería a la Sala Penal del Tribunal Supremo.

El escándalo de Cosidó hundió el pacto

Por tanto, no crea usted, señor comisario, que el bloqueo de la renovación tiene como causa el sistema de elección. No la tuvo entonces y tampoco ahora la tiene. 

El boicot que siguió se ha extendido a lo largo de la legislatura. Y ahora que ya falta menos para las elecciones generales -que el Gobierno pretende celebrar en febrero de 2024-, el PP, al que las encuestas ya colocan en el Palacio de la Moncloa, tiene más razones todavía para frustrar la renovación. O prolongar el bloqueo lo más posible. 

Quizá no vea usted, señor comisario, por qué. Y ello encaja en lo que he llamado el Estado Judicial Español, al comenzar esta carta. La justicia se ha convertido en un poder al que acuden las fuerzas políticas para neutralizar al adversario. Y no solo abrevan en los tribunales ordinarios. También en el Tribunal Supremo y en el Tribunal Constitucional. 

Como ha declarado el antiguo magistrado Enrique López y actual consejero de Presidencia y Justicia en el gobierno de Madrid “el PP tiene el apoyo de la mayoría de la carrera judicial”, en línea con lo que también sostiene el actual presidente, con mandato caducado desde el pasado 12 de junio, Pedro González-Trevijano: “Los juristas somos casi todos conservadores, porque el Derecho es una ciencia conservadora”.

Y, ahora, señor comisario, cuando usted se dispone a visitar Madrid, hay una nueva maniobra en curso. Ya se había acordado en el CGPJ, en el Pleno del pasado 8 de septiembre, bajo amenaza de dimisión del presidente, Carlos Lesmes- al que usted ha respaldado explícitamente- nombrar a los dos magistrados que le corresponde para sustituir a los dos cuyo mandato ha vencido el pasado 12 de junio. 

Los vocales del CGPJ se rieron del plazo legal dado por la nueva norma aprobada en el Congreso en julio pasado, a saber, que esos dos nombramientos debían ser anunciados el 13 de septiembre para coincidir en un acto simultáneo con los dos que debe designar el Gobierno. 

La nueva maniobra

La nueva maniobra consiste en que como está previsto que usted viaje a Madrid el próximo lunes día 30 de septiembre ello sería una “oportunidad” para relanzar las negociaciones de renovación del CGPJ… y, por tanto, no hace falta cumplir con el nombramiento de los magistrados del TC 

Es la enésima maniobra. Y como le están involucrando en ello a usted, es bueno saber lo que se traen entre manos los vocales conservadores del CGPJ. En España decimos que el que avisa no es traidor. 

A esta hora hombres muy informados como es el exministro de Justicia del Gobierno de Mariano Rajoy, Rafael Catalá, expresan sus dudas de que se pueda producir un acuerdo para renovar el CGPJ. Catalá, cuando Alberto Nuñez Feijóo, nada más tomar las riendas del PP, parecía, en abril pasado, cambiar la línea de bloqueo iniciada por Casado, señaló que eso no iba a ser así. Acertó. 

Y la semana pasada, el 15 de septiembre, en un coloquio con otros tres exministros de Justicia celebrado en Huesca, señaló: “No soy nada optimista sobre alcanzar un acuerdo de renovación, veo grandes dificultades porque en esta legislatura no ha habido un pacto importante entre PP y PSOE” 

Un magistrado consultado sobre las negociaciones en curso para el nombramiento de los dos magistrados del TC, señala: “Ahora se preocupan mucho por el CGPJ. Hablan de que la visita de Reynders puede ser un empujón. Otra excusa más para no nombrar a los dos magistrados del TC. Se han pasado la ley por el arco del triunfo, incumplen la ley no solo por los plazos sino también por el fondo, porque, ahora dicen, ‘no tiene sentido nombrar los magistrados cuando ya se va a renovar el CGPJ’. Y los vocales piden a los progresistas que den un solo nombre de su propuesta para nombrar un magistrado de sesgo progresista y que ya dirán si están de acuerdo. Es que no se trata de que acepten o no, porque por esa regla dirán a éste no lo quiero porque es el que quieren ustedes y así les fastidio más” 

El próximo 29 de septiembre, señor comisario Reynders, tendrá lugar un Pleno ordinario del CGPJ. Lesmes quería tener los dos nombramientos listos. Y fuentes del CGPJ trabajan con la hipótesis de que el sector conservador objetará designarlos con el argumento de que usted viene al día siguiente, el 30 de septiembre, y que, por tanto, no se debe convocar ningún Pleno Extraordinario para hacer esos nombramientos en el TC. 

Total, dice la milonga, ahora “nos disponemos a renovar” el CGPJ. Señor comisario, una recomendación: “No se deje usar”

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