La selección española de fútbol no pudo revalidar su título en la Liga de Naciones al caer ante Portugal en una final de infarto decidida en los penaltis (5-3) tras un empate 2-2 en el tiempo reglamentario y la prórroga. El escenario fue de primer nivel, el Allianz Arena de Múnich, pero el desenlace dejó sabor amargo: Álvaro Morata erró el lanzamiento definitivo.
El combinado de Luis de la Fuente arrancó con personalidad y pegada. Martin Zubimendi abrió la lata con un gran remate tras una jugada trenzada desde la banda derecha. Poco después, Mikel Oyarzabal amplió la ventaja con un disparo cruzado que desató la euforia española. En apenas media hora, La Roja tenía la final donde quería, según una información publicada en Europa Press.
Pero Portugal no es de las que bajan los brazos. Nuno Mendes recortó distancias con un cabezazo letal antes del descanso y, en el minuto 61, apareció el eterno Cristiano Ronaldo para empatar el partido con un zurdazo dentro del área que silenció a los aficionados españoles.
Los 30 minutos de prórroga ofrecieron más tensión que ocasiones. España movió el banquillo, buscó frescura, pero no halló el camino al gol. Portugal, sólida y experimentada, apostó por aguantar y llevar el pulso al punto fatídico. En la tanda, los portugueses estuvieron infalibles. España, no.
Los tres primeros lanzadores españoles marcaron. Portugal también. Hasta que llegó el turno de Morata. El delantero, siempre en el ojo del huracán, buscó asegurar el disparo, pero su remate se topó con el guardameta. El error dio a Portugal la oportunidad y los lusos no la desaprovecharon. Rubén Neves cerró la tanda con sangre fría y dio a su país el título.