Hoy: 23 de noviembre de 2024
Ni Hamas ni gaitas, lo que está pesando en la Franja de Gaza es un genocidio. Atacar hospitales y convoyes de ambulancias es en sí mismo un crimen de guerra. Y masacrar, como todos estamos viendo a la población civil de la franja es un genocidio.
A todos se nos remueven las tripas cuando vemos las imágenes de los campos de exterminio nazi contra los judíos. A mí, también, se me removieron las tripas al ver unas imágenes de dos soldados israelíes intentando romper el codo a un palestino por tirar una piedra contra los habitantes de uno de sus asentamientos ilegales. Una piedra.
No hay nada que pueda justificar el ataque, por sorpresa, de Hamás a la población Israelí causando 1.400 víctimas. Nada. Pero tampoco Israel puede justificar esta masacre tras aquel atentado.
Así que basta de gilipolleces. Pueden manipular a los ignorantes, y a sus propios seguidores, pero a nadie más. Un país con uno de los servicios secretos más importantes y mejor dotados del mundo, tiene que saber intervenir con operaciones limpias y desmantelar el grupo armado y no bombardear a diestro y siniestro a toda una población para borrar del mapa a unos terroristas. Quizás quienes los defienden hubieran deseado utilizar el mismo ejemplo para acabar con ETA, borrando del mapa al pueblo vasco.
Además, con la aquiescencia de los EE. UU. que le faltó tiempo para enviar a la zona dos portaaviones y un submarino nuclear para que a ningún país del entorno (Irán, Siria, Líbano, Jordania) se les ocurriera mover un dedo a favor de Palestina. Claro a esos, a EE. UU., les salva que no tienen tripas, ni sentimientos, ni corazón. Su único motivo es el capital y como los judíos están metidos hasta las entrañas en Wall Street, les defienden a sangre y fuego como si hubieran nacido en el mismo Manhattan. Sin olvidar claro está, que Israel es su satélite en Oriente próximo cuya misión precisamente es esa: que no se le desmadre el mundo árabe que a ellos no les interesa, porque a Arabia Saudí, bien que la defendieron en la guerra de Irak. Ah coño, que allí había petróleo, fíjate que no caía yo en ese nimio detalle.
Lo grave de esto, a parte de la vida de los inocentes, de un lado y de otro, muertos es que a todo el mundo se les llena la boca de lástima, pena, bochorno… alguna lagrimilla que se habrá escapado incluso. Pero ni Dios hace nada para detener esta sangría.
¿Dónde está la lumbrera que decidió adjudicar a Israel un territorio que ya tenía dueño? Y ¿Quién permitió al recién creado Estado de Israel que expulsara a sus legítimos dueños hasta unos territorios fronterizos, bajo su supervisión, sin futuro, sin posibilidades de nada si Israel no lo permitía? ¿Quién le ha dado permiso a Israel para colonizar con asentamientos ilegales los pseudo territorios palestinos? todos con su silencio.
Así que todos somos culpables de lo que esta sucediendo en Gaza. Todos. Y luego nos rasgaremos las vestiduras cuando sucedan otro 11-S, u otro 11-M, u otra sala Bataclan.
Nada de gaitas. La Franja de Gaza ha sido, es, y será, el campo de concentración abierto más grande del mundo. No se pueden matar moscas a cañonazos. Y Netanyahu el nazi, debería ser juzgado por Crímenes de Lesa Humanidad.
EL DIABLO COJUELO