‘El último tango en París’, estrenada en 1972, se convirtió en un hito del cine erótico y una obra de culto para algunos. Para María Schneider, su protagonista, fue el inicio de una pesadilla. Tenía 19 años cuando participó en la producción, dirigida por Bernardo Bertolucci y coprotagonizada por Marlon Brando, quien concibió junto al director una de las escenas más controvertidas del cine sin el consentimiento de la joven actriz: la ya tristemente célebre “escena de la mantequilla”.
La película María , dirigida por Jessica Palud y protagonizada por Anamaria Vartolomei, reconstruye no solo el rodaje, sino el impacto emocional y profesional que aquella escena tuvo en la vida de Schneider. Basada en el libro de su prima Vanessa Schneider, la cinta muestra el aislamiento, la confusión y el abuso de poder que marcaron la carrera de la actriz, quien confesó sentirse traicionada y utilizada, según una información de El Observador.
El estreno del filme catapultó a Schneider a la fama, pero no le trajo paz. La joven fue encasillada como símbolo sexual y acosada por una prensa ávida de escándalos. Sin preparación ni protección, cayó en adicciones y sufrió problemas de salud mental. Declaró más tarde que la escena fue “una humillación real” y que su dolor no fue fingido frente a las cámaras.
Aunque Bertolucci confesó en 2013 que ocultó intencionalmente los detalles a Schneider para “capturar su reacción auténtica”, sus palabras pasaron desapercibidas hasta que el video resurgió en 2016, provocando la indignación de una nueva generación más sensible al consentimiento en el arte. María , como película, llega en un momento en el que el cine se replantea su historia desde una mirada más crítica y empática.
Maria Schneider murió en 2011. Nunca dejó de denunciar lo ocurrido. Hoy, su historia resuena con más fuerza que nunca. María no es solo un homenaje, es una reparación. No es solo memoria: es una advertencia.