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Los nacionalistas pidieron a Hitler convertir las tres provincias vascas en una zona autónoma de España y ponerlas al servicio del III Reich nazi

separatistas

PATRICIA DE MIGUEL

Los franceses desclasifican los documentos que recogen los contactos de los dirigentes políticos separatistas con la Wehrmacht y la SS alemanas

En medio de la ocupación alemana en los Pirineos Atlánticos, los separatistas vascos llevaron a cabo una segunda tentativa para obtener apoyo de las autoridades germanas. Sin embargo, el intento resultó ser un fracaso, ya que los líderes independentistas creían erróneamente que en el año 1942 habría complicaciones militares en la frontera.

Es decir, se hablaba de un posible desembarco preventivo aliado en Bilbao y Panjón para evitar que los alemanes accediesen a España y tomaran por sorpresa a los aliados en el norte de África.

Los separatistas vascos, en un intento de aprovechar esta situación para sus intereses íntegramente políticos, ofrecieron la colaboración de sus miembros en Francia y en España a los alemanes y llegaron a ofrecer poner las provincias vascas al servicio del III Reich nazi.

La operación no era factible

Sin embargo, el general Von Schweppenburg, comandante en jefe de las tropas alemanas, a través de uno de sus subordinados, rechazó los planes ideados por los separatistas vascos, argumentando que no veía factible que el ejército alemán pudiese ingresar en España. Asimismo, consideró que dichos planes carecían de apoyo político significativo para llevarlo a cabo.

Con la negativa alemana, las aspiraciones políticas de los separatistas vascos se vieron truncadas y su intento por obtener apoyo y colaboración durante la ocupación alemana no logró los resultados esperados.

A pesar de ello, los separatistas continuaron trabajando para promover sus aspiraciones políticas, manteniendo viva la lucha por la autonomía de las provincias vascas españolas y la creación en un futuro de una república vasca.

Este episodio de ‘colaboración’ con las tropas alemanas durante la ocupación dejó en evidencia las divisiones y las tensiones dentro del colectivo separatista vasco. Mientras algunos creían en la posibilidad de obtener apoyo internacional para sus aspiraciones territoriales, otros se mostraban más escépticos y preferían centrarse en la lucha interna por la autonomía vasca.

La colaboración del Partido separatista vasco francés con las autoridades alemanas

Durante los 4 años de ocupación alemana en el departamento de los Pirineos Atlánticos, los separatistas vascos intentaron en tres ocasiones obtener el apoyo de las autoridades alemanas para la realización de sus aspiraciones políticas.

La primera tentativa (1940-41) coincidió con las instrucciones dadas por Berlín a las autoridades de ocupación. Estas instrucciones consistieron en favorecer todas las tendencias separatistas tanto en el norte de Francia, en Gran Bretaña y en el País Vasco. Después del fracaso de la primera etapa de la política de colaboración con los franceses (13 de diciembre de 1945), las instrucciones prácticamente citadas fueron aplicadas con fuerza: en los Pirineos Atlánticos, las asociaciones regionales fueron reforzadas y se llevaron a cabo una serie de reuniones políticas con canto folclórico vasco, conferencias en euskera, etc.

España se entera

El Gobierno español se enteró de estas actividades y solicitó la intervención del Gobierno alemán debido a las posibles repercusiones de tales maniobras en las provincias españolas de Guipúzcoa y Vizcaya.

Consiguieron que se diera una orden severa por parte de las autoridades centrales de asuntos políticos en la región ocupada por la 88ª división de Infantería, a cargo del teniente coronel conde Finck Von Finoxenstein, quien desde el principio se mostró contrario a tales maniobras y tomó las medidas necesarias para combatir las tendencias separatistas.

Esta primera tentativa puede considerarse terminada a mediados de julio de 1941. De hecho, desde su inicio, los líderes separatistas refugiados en Francia no tuvieron confianza en estas maniobras apoyadas oficialmente por los alemanes, y la organización de todas las reuniones, la publicación de periódicos y boletines de propaganda que se realizaron en ese momento fueron obra de pequeños grupos locales y ningún político separatista importante intervino.

Segundo intento

El segundo intento fue más serio, ya que los separatistas vascos tanto de dentro como de fuera de la frontera creían que en el año 1942 habría complicaciones militares en la frontera. Se hablaba mucho de un desembarco preventivo aliado en Bilbao y Panjón para evitar que los alemanes entraran en España y tomaran por sorpresa a los aliados en el norte de África.

Los separatistas vascos tenían planeado aprovechar esta situación. Primero se dirigieron a los alemanes ofreciendo la colaboración de los miembros de su partido tanto en Francia como en España, entre otras cosas, y solicitando a cambio el apoyo alemán para la creación de una región autónoma que incluyera las provincias vascas españolas, los Pirineos Atlánticos y algunos territorios adyacentes, que en el futuro se convertirían en la república vasca.

El comandante en jefe de las tropas alemanas en esta área, el general Von Schweppsnburg, al cual se le presentaron estos proyectos a través de uno de sus subordinados, se negó a examinarlos, considerándolos de escaso interés político y sin creer en la posibilidad de que el ejército alemán pudiera entrar en España.

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