Hoy: 15 de octubre de 2024
Los hombres presentan un mayor riesgo de sufrir enfermedades coronarias e infartos en edades tempranas, especialmente entre los 40 y 55 años, según indica Hilda Peralta Rosado, cardióloga-ecocardigrafista y delegada de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México (Ancam).
En el contexto del Día Mundial del Corazón, que se conmemora cada 29 de septiembre, la doctora abordó el panorama de las enfermedades cardiovasculares, destacando los riesgos asociados y las medidas preventivas que se pueden tomar.
En el caso de las mujeres, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares aumenta de manera significativa tras la menopausia, aunque también presentan una mayor probabilidad de sufrir enfermedades cerebrovasculares. A partir de los 65 años, ambos sexos tienen un riesgo elevado similar, señala la especialista.
Además, ha surgido en los últimos años el concepto de edad vascular, también conocida como edad del corazón o edad de riesgo cardiovascular. Esto implica que la edad de riesgo de una persona con múltiples factores de riesgo cardiovascular se equipara a la edad de otra persona del mismo sexo que comparte el mismo nivel de riesgo, pero que tiene factores de riesgo en niveles ideales.
De esta manera, un individuo de 40 años que presenta niveles elevados de ciertos factores de riesgo puede tener una edad de riesgo comparable a la de una persona de 60 años, es decir, su riesgo se asemeja al de alguien de 60 años con niveles ideales de esos factores.
La doctora explica que en el caso del infarto agudo de miocardio, el mecanismo implica la oclusión trombótica de una arteria coronaria, y su tratamiento se centra en reabrir dicha arteria lo más pronto posible a través de dos técnicas de reperfusión coronaria: la intervención coronaria percutánea primaria y la trombolisis farmacológica. Esta última se recomienda en situaciones donde no se puede llevar a cabo la intervención coronaria percutánea.
El tratamiento fibrinolítico administrado menos de dos horas después del inicio del infarto ha demostrado ofrecer buenos resultados, según informa El Diario Yucatán.
La intervención coronaria percutánea, que abarca la angioplastia y la colocación de stents, se considera el tratamiento de elección para desobstruir arterias bloqueadas, ya que permite una revascularización más rápida y efectiva.
En el caso de una cardiopatía isquémica sin un evento agudo, pero con oclusiones severas en las arterias coronarias, hay diversos métodos en el intervencionismo percutáneo para tratar estas lesiones:
—Rotablator: este dispositivo médico se utiliza para tratar lesiones coronarias calcificadas o que no pueden ser dilatadas con balón. Funciona como un barreno unidireccional que gira a alta velocidad y pulveriza la obstrucción.
—Shock wave: este dispositivo aplica ondas de choque para fracturar los depósitos de calcio en las arterias.
—Orbital: este procedimiento está diseñado para eliminar la placa de calcio acumulada en las arterias coronarias. Utiliza un sistema de catéter equipado con una “fresa” de 1.25 mm recubierta de diamante que rota en direcciones opuestas. Sin embargo, aún no está disponible en México.
La cirugía de bypass coronario es recomendable en situaciones de enfermedades coronarias extensas donde no es viable realizar una intervención coronaria percutánea.
Respecto a las hiperlipidemias (colesterol elevado, especialmente LDL o “colesterol malo”), que son un factor de riesgo importante, se han introducido nuevos fármacos hipolipemiantes, tales como:
—Evolucumab: un anticuerpo monoclonal que ayuda al hígado a disminuir los niveles de colesterol “malo” (LDL).
—Inclisirán: este medicamento actúa interfiriendo con el ARN para reducir la producción de la proteína PCSK9, que previene la eliminación del colesterol en la sangre.
Ambos fármacos se administran por vía subcutánea y deben ser prescritos por un especialista, adaptándose a las necesidades de cada paciente.
Para las personas que han sufrido un infarto o que padecen alguna enfermedad cardiovascular, se recomienda seguir ciertos cuidados:
Entre las modificaciones en el estilo de vida, se sugiere descansar durante las primeras cuatro a seis semanas, evitar levantar objetos pesados y, si es posible, recibir ayuda con las tareas del hogar. También es recomendable tomar de 30 a 60 minutos para descansar por la tarde durante ese mismo periodo.
Además, es importante hacer ejercicio. Se aconseja comenzar con caminatas en terreno plano y aumentar gradualmente la intensidad y duración de las sesiones. Consultar a un especialista en rehabilitación cardíaca antes de iniciar un programa de ejercicios es fundamental. La rehabilitación cardíaca es una herramienta clave para gestionar los factores de riesgo y consta de programas a largo plazo que incluyen una evaluación médica y prescripción de ejercicios. Estos programas están diseñados para limitar los efectos dañinos, tanto fisiológicos como psicológicos, de la cardiopatía, y ayudan a reducir el riesgo de muerte súbita o reinfarto.
Se sugiere limitar el consumo de sal y sodio, así como evitar alimentos salados, grasas saturadas y trans, así como el azúcar.
Es crucial evitar el tabaco y el alcohol: dejar de fumar y esquivar el humo de segunda mano es vital, al igual que restringir el consumo de alcohol en grandes cantidades o de alta graduación. Se debe prestar atención a la ansiedad y el estrés, ya que pueden afectar negativamente la salud cardiovascular. La doctora también menciona que la American Heart Association ha desarrollado Life’s Essential 8, que aborda medidas clave para mejorar y mantener la salud cardiovascular.
Una mejor salud cardiovascular reduce el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y otros problemas de salud significativos. Según la información del diario Yucatán, Life’s Essential 8 se centra en dos áreas importantes: comportamientos saludables y factores de salud.
—Alimentación: adoptar un patrón de alimentación saludable, priorizando lo natural sobre lo artificial; consumir 200 gramos de fruta (dos o tres porciones) y 30-45 gramos de fibra de granos enteros, además de 30 gramos de nueces no saladas o semillas, y productos lácteos bajos en grasa.
Se aconseja comer pescado una o dos veces por semana, pollo y proteínas magras, y limitar el consumo de sal a menos de 5 gramos al día. Cocinar con aceites no tropicales, como el de oliva y canola, es ideal.
—Actividad física: incentivar a las personas sedentarias a iniciar actividad física aeróbica de baja intensidad. Al principio, se recomienda establecer metas cortas, comenzando con cinco minutos diarios y aumentando gradualmente hasta llegar a 30 minutos diarios, cinco a siete días a la semana. Los adultos deben realizar al menos 2.5 horas de actividad física moderada o 75 minutos de actividad intensa por semana, mientras que los niños deben hacer 60 minutos de actividad diaria, incluyendo juegos y actividades estructuradas.
—Evitar productos con nicotina: se debe evitar el uso de productos que contengan nicotina, incluidos cigarrillos, cigarrillos electrónicos y vapeo.
—Duración del sueño: la mayoría de los adultos requieren de siete a nueve horas de sueño cada noche. Un sueño adecuado favorece la recuperación, mejora la función cerebral y reduce el riesgo de problemas de salud.
—Peso: alcanzar y mantener un peso saludable conlleva múltiples beneficios. El índice de masa corporal (IMC), que relaciona el peso con la altura, es una herramienta útil; un IMC ideal se sitúa en 25.
—Colesterol: los niveles altos de colesterol no transportado por lipoproteínas de alta densidad (HDL) o “malo” (LDL) pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Los profesionales de la salud pueden considerar el colesterol no transportado por HDL como un indicador preferido para el control, en lugar del colesterol total.
—Glucemia: la mayoría de los alimentos consumidos se convierten en glucosa (o glucemia) que el cuerpo utiliza como energía. Con el tiempo, los niveles altos de glucemia pueden perjudicar el corazón, riñones, ojos y nervios.
—Presión arterial: mantener la presión arterial dentro de rangos aceptables contribuye a una vida saludable a largo plazo.
Los valores ideales de presión arterial son inferiores a 120/80 mm Hg. La presión arterial alta se considera cuando la presión sistólica está entre 130 y 139 mm Hg (el número más alto en la lectura) o la presión diastólica está entre 80 y 89 mm Hg (el número más bajo) — Iris Ceballos Alvarado.
Con motivo del Día Mundial del Corazón, se entrevistó a la doctora Hilda Peralta Rosado, cardióloga.
La especialista destaca que el lema de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México es “Prevenir es nuestra meta”.
Alcanzar y mantener un peso saludable ofrece numerosos beneficios, señala la doctora. El índice de masa corporal (IMC), que es el valor numérico que refleja la relación entre el peso y la altura, idealmente debería ser de 25.
Los niveles elevados de colesterol no transportado por lipoproteínas de alta densidad (HDL), así como el colesterol “malo”, (LDL), pueden contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas. Mantener la presión arterial dentro de rangos aceptables también es crucial para preservar la salud a largo plazo.