Liberan tras más de 12 horas de secuestro la mujer retenida en Prado Negro y detienen al presunto asesino de su marido

11 de septiembre de 2025
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La segunda imagen, la ambulancia abandonando el lugar / Ariel C. Rojas

Al filo de las cinco, la mujer salió de la vivienda y la Guardia Civil detuvo al hombre que la mantenía secuestrada tras matar a su marido

La noche en Prado Negro (Granada) estuvo marcada por la tensión y el silencio. Sobre las 04.45 horas, familiares y allegados que esperaban noticias comenzaron a agitarse. Minutos después, se confirmaba que la mujer había sido liberada.

Los gritos y llantos de los familiares del hombre asesinado invadieron el cordón policial al conocerse la noticia. Lourdes había permanecido más de doce horas retenida. Fue trasladada en ambulancia. El presunto autor, un hombre de 61 años, salió del lugar en un vehículo oficial de la Guardia Civil.

Durante toda la madrugada se mantuvo el cordón de seguridad. A primera hora de la mañana, la funeraria retiró el cuerpo de Juan, el marido de Lourdes, que yacía en el coche en el que recibió el disparo.

Unas treinta personas permanecieron en el lugar de los hechos durante la noche. Se vivieron momentos de tensión entre allegados y agentes, y también entre familiares. Se escucharon gritos de «Asesino» y sollozos. La ambulancia con Lourdes fue el primer vehículo en abandonar la zona. Después salió un coche de la Guardia Civil con el detenido.

La Guardia Civil logró el mejor desenlace posible tras más de doce horas de negociación. La mujer quedó a salvo. El suceso comenzó a las cuatro de la tarde del miércoles. El presunto homicida, Pedro, de 61 años, embistió con su coche al vehículo en el que viajaban Juan y Lourdes. Disparó contra Juan, que murió en el acto. Obligó a Lourdes a salir y la llevó a la fuerza a su casa, situada a pocos metros. Allí se atrincheró armado.

Juan, de 67 años, murió en el interior de su coche. Dos vecinos encontraron el cuerpo. Contaron a la redacción del diario Ideal:

«Lo que hemos visto no lo vamos a olvidar en la vida. Nos han avisado de que algo había pasado y hemos subido. Al ver a Juan, lo he llamado varias veces, pero no respondía, estaba muerto. A ella la ha sacado a la fuerza. Si nos hubiera pillado, lo mismo también nos dispara a nosotros»

Testigos

Los testigos hallaron un casquillo junto al asiento del conductor, pero no tocaron nada. La Policía Científica debía hacer su trabajo. El hijo de la víctima llegó al lugar y, pese a los intentos de los vecinos, alcanzó la escena del crimen.

Según algunos testigos, Pedro dejó en su coche «una libreta con los motivos por los que lo ha hecho», un extremo pendiente de confirmar por la Guardia Civil. Todos coincidieron en que estaba esperando a la pareja y actuó de forma premeditada.

Las llamadas de alerta llegaron poco antes de las cuatro de la tarde. El instituto armado desplegó a más de medio centenar de agentes, entre ellos un equipo de la Unidad Especial de Intervención, preparado para casos de secuestro y operaciones antiterroristas. Se inició una larga negociación con los especialistas de la Benemérita.

Momentos de tensión tras la liberación

El cordón policial mantuvo alejados a vecinos, curiosos y periodistas. También se desplazaron Bomberos, Protección Civil, personal sanitario y un helicóptero del 061. Conforme avanzaban las horas, se mezclaban la angustia y el rezo de los vecinos.

Lamentaba una mujer entre lágrimas:

«Estamos destrozados y solo pensamos en nuestra vecina Lourdes. Ojalá no le haga nada a ella. Qué asco de vida. Con lo bueno que es nuestro Juan»

El matrimonio era muy querido en la zona. No ocurría lo mismo con Pedro, al que describían como alguien «extraño«, con antecedentes de conflictos.

Otra vecina aseguraba:

«Ya sabemos cómo es, está loco perdido. Pobretica nuestra Lourdes, lo que estará pasando con él en esa casa»

Los habitantes de Prado Negro apuntaban a que el hombre tenía rifles o escopetas en su domicilio.

Al caer la noche, el helicóptero del 061 se retiró. Algunos efectivos también. El despliegue de la Guardia Civil se mantuvo. La negociación prosiguió sin interrupción. Un dron sobrevoló la vivienda.

El mutismo fue absoluto. Los agentes solo permitieron acercarse a algún allegado de la mujer. Su objetivo era claro: que Lourdes saliera con vida.

Fuentes cercanas explicaron que no existe un protocolo rígido en casos así. No hay tiempos preestablecidos. Las decisiones se toman según evoluciona la negociación.

Aunque la madrugada puso fin a la espera, Lourdes fue liberada y Pedro quedó detenido. Prado Negro despertó con una mezcla de alivio, dolor y rabia.

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