El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido este martes desde el Despacho Oval que podría activar la Ley de Insurrección si la situación en Los Ángeles continúa deteriorándose. La advertencia se produce tras varios días de protestas masivas contra las redadas migratorias del ICE, que han desembocado en disturbios, choques con la Policía y un clima creciente de tensión social y política, según una información publicada en Europa Press.
“Había zonas de Los Ángeles donde podía haber habido una insurrección. Estos insurrectos han sido pagados. Son alborotadores”, aseguró Trump en declaraciones a la prensa, mientras relataba imágenes de manifestantes usando herramientas pesadas para causar daños en la vía pública y atacar vehículos.
El mandatario, conocido por su línea dura en materia de orden público, comparó la situación con las protestas por la muerte de George Floyd en 2020 y justificó su actual postura alegando que entonces esperó “demasiado” a que las autoridades estatales actuaran.
La respuesta de la administración local no se hizo esperar. La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, decretó un toque de queda nocturno que restringe la movilidad en el centro de la ciudad desde las 20:00 del martes hasta las 6:00 del miércoles. La decisión llega después de que se registraran 197 detenciones en solo una jornada, en el marco de unas protestas que comenzaron el pasado viernes y han ido intensificándose día a día.
“El toque de queda es una medida necesaria para proteger vidas y propiedades”, explicó la alcaldesa en rueda de prensa, acompañada del jefe del Departamento de Policía, Jim McDonnell, quien advirtió que cualquier persona no autorizada que se encuentre en la zona será detenida.
El anuncio de Trump de que podría asumir competencias estatales mediante el Título 10 —una herramienta legal que le permite desplegar tropas federales en situaciones excepcionales— reaviva el choque entre el gobierno federal y las autoridades californianas, especialmente con el gobernador Gavin Newsom, a quien el presidente ha acusado de “hacer un mal trabajo”.
La Ley de Insurrección, poco usada en la historia reciente de EEUU, permite al presidente federalizar la Guardia Nacional en caso de rebelión, invasión o cuando los estados no puedan garantizar el cumplimiento de la ley. Trump ha sugerido que los disturbios en Los Ángeles ya se acercan a esos umbrales.
Desde el ámbito internacional, también han llegado reacciones. Tanya Greene, directora de Human Rights Watch en EEUU, calificó las declaraciones de Trump como “acciones peligrosas que deben ser condenadas por líderes nacionales e internacionales”.
La amenaza de Trump de volver a recurrir al poder militar en suelo estadounidense revive viejos fantasmas sobre el uso de la fuerza contra la ciudadanía y marca un nuevo punto de fricción en un país profundamente polarizado. Mientras tanto, Los Ángeles amanece entre detenciones, protestas y una creciente militarización del espacio público.