Hoy: 12 de diciembre de 2024
La vivienda se ha convertido en el principal problema al que se enfrenta España, superando a cuestiones como la inflación y la inmigración, según el último Eurobarómetro realizado en octubre y presentado este miércoles en Madrid. Este cambio de prioridades refleja un aumento significativo en la percepción de la crisis habitacional como un desafío crítico para los ciudadanos.
El 35% de los españoles identifican la vivienda como su mayor preocupación, un aumento de 18 puntos respecto al Eurobarómetro de primavera, donde esta cuestión ocupaba la quinta posición. En contraste, solo el 13% de los europeos consideran la vivienda como el principal problema, destacando una brecha en las prioridades entre España y el resto de la Unión Europea.
La inflación, que lideraba las preocupaciones en la encuesta anterior, cae ahora al segundo lugar en España con un 30%, experimentando un retroceso de ocho puntos. Sin embargo, sigue siendo la mayor preocupación a nivel europeo, con un 33% de los ciudadanos de la UE identificándola como el principal desafío.
La inmigración ocupa el tercer lugar entre las inquietudes de los españoles, con un aumento del 14% al 21% respecto a primavera, un dato similar a la media europea, que se sitúa en el 20%. Sin embargo, cuando se pregunta específicamente por el principal problema que enfrenta la UE, el 34% de los españoles señala la inmigración, frente al 28% de media europea. Este tema ha ganado relevancia en España, subiendo 13 puntos en comparación con la encuesta anterior.
Otros temas destacados incluyen la guerra en Ucrania y la situación internacional, mencionados por un 27% de los españoles. Mientras que la preocupación por el conflicto ucraniano ha disminuido en tres puntos, la inquietud sobre la situación global ha aumentado cinco puntos, reflejando un cambio en la percepción de prioridades internacionales.
A pesar de estas preocupaciones, el 88% de los españoles se muestran satisfechos con su vida diaria, un aumento de tres puntos respecto a la primavera. Este dato es similar al promedio de satisfacción en la UE, que se sitúa en el 86%, subrayando una percepción general positiva de la calidad de vida a pesar de los desafíos actuales.