Hoy: 26 de noviembre de 2024
La Policía Nacional ha encontrado en una fosa séptica bajo el suelo de la cocina de una finca en la localidad madrileña de Aldea del Fresno los restos de Francisco de Pablo Sáez, conocido como Francis. Según fuentes policiales informaron a Europa Press, fue asesinado debido a una deuda relacionada con una plantación de marihuana.
No obstante, las autoridades de Madrid ha informado hoy jueves de los pormenores de la operación policial que llevó hace unas semanas al hallazgo del cuerpo y a la detención de seis personas, dos de las cuales han quedado en prisión provisional a la espera de juicio.
La última vez que le vieron con vida fue el 21 de marzo de 2022 a las 16:30 horas. Estaba junto a un amigo jugando a videojuegos en el piso que alquilaba en Hortaleza cuando le dijo que se marchaba porque tenía que arreglar un asunto, pero que volvería en una hora, ya que tenía que sacar a pasear a sus perros. Sin embargo, nunca más se supo de él. Le llamaron constantemente al móvil pero nunca ha dado señal.
Según reconoció entonces su madre Juana, su hijo era toxicómano y frecuentaba lugares como la Cañada Real Galiana y la Colonia Marconi, por donde le han estado buscando. Además, sus amigos le contaron que semanas antes una peligrosa familia de origen moldavo, que le debía dinero por un trapicheo de sustancias estupefacientes, lo amenazó de muerte.
Juana denunció los hechos en comisaría y trasladó lo ocurrido a asociaciones como SOS Desaparecidos, que lanzaron varias alertas. Además, el abogado Juan Manuel Medina se hizo cargo de este caso y pidió al juez abrir diligencias y tener acceso a las últimas llamadas y mensajes del desaparecido, además del interrogatorio a los miembros de la familia moldava.
Los agentes encargados de la investigación han empleado diferentes técnicas de investigación tanto materiales como humanas. A pesar de que tras las primeras pesquisas llevadas a cabo, todo apuntaba a una posible desaparición voluntaria, la tenacidad de los investigadores fue aportando indicios que llevaban a sospechar de la comisión de actos violentos en el entorno del desaparecido.
Así, los policías se centraron en el entorno que frecuentaba el desaparecido, poco colaborador con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, lo que añadió numerosas dificultades a la misma. No obstante, la información de un testigo protegido ha sido clave para la resolución del homicidio.
Tras dos años de investigación, lograron obtener indicios de la implicación del principal sospechoso en la desaparición. La hipótesis de los investigadores es que el desaparecido fue asesinado en un terreno rural en el noreste de Madrid y luego trasladado su cuerpo a otra finca en el suroeste de la zona para ocultarlo.
Por tales hechos, el pasado 6 de junio se estableció un operativo conjunto de búsqueda en una finca propiedad de la familia del sospechoso principal. En este dispositivo participaron diferentes unidades especiales de la Policía Nacional, tales como Guías Caninos, que utilizaron perros especializados en la búsqueda y localización de restos humanos, el Grupo de Intervenciones Técnicas (GOIT), la Unidad de Subsuelo y Protección Ambiental, Policía Científica así como la comisaría de distrito de Hortaleza-Barajas, quien ha liderado la investigación.
La búsqueda permitió descubrir cuerpos humanos enterrados en una fosa séptica bajo el suelo de la cocina de la casa, previamente camuflada con la supuesta reforma del edificio. Finalmente, y tras las correspondientes gestiones de identificación, se pudo comprobar que dichos restos pertenecían al desaparecido.
Por todo ello, la Policía Nacional detuvo a seis personas, las cuales pasaron a disposición judicial como presuntos responsables de un delito de homicidio, quien decretó el ingreso en prisión para dos de ellas.
Precisamente ayer, la jueza de Instrucción número 37 interrogó a estas dos personas en dependencias de los Juzgados de Plaza de Castilla a dos de los arrestados por el crimen con el objetivo de ratificar su situación de prisión preventiva.
Uno de ellos, Israel C.R., reconoció haber sido el autor material del crimen. El otro investigado, Fernando F.P. manifestó que ayudó a enterrar el cadáver bajo amenazas de Israel, que negó dichas coacciones y señala que su compinche fue el que propuso esconder el cadáver de Francis, han indicado a Europa Press fuentes jurídicas.
En la vista también señalaron que le mataron por el miedo que tenían, ya que Israel había contraído una deuda con Francis para levantar una plantación de marihuana en una finca de Torrejón de Ardoz, y que no devolvió. Y que el día del crimen la víctima estaba muy agresivo e intentó agredirle.