La misión de vigilancia aérea de la OTAN en Lituania tuvo que actuar este jueves ante la presencia de cinco cazas rusos cerca del espacio aéreo aliado. La Alianza Atlántica confirmó el incidente, en medio de una serie de incursiones rusas que también han afectado a Polonia, Estonia y Rumania. Incluso se han registrado ataques con drones en aeropuertos de Dinamarca en las últimas semanas.
Para interceptar los aviones rusos, se activaron dos cazas húngaros pertenecientes a la misión de policía aérea del Báltico. Despegaron desde la base de Siauliai, donde también está presente un contingente español. Los aviones interceptados eran tres Mig-31, un Su-30 y un Su-35. Todos se encontraban próximos al espacio aéreo lituano, aunque la OTAN no reportó que hayan ingresado en territorio aliado.
La organización subrayó que la actuación de Hungría refleja el compromiso de todos los miembros de la Alianza con la defensa del flanco este y los países bálticos. Operaciones como esta no son raras en el Báltico o el mar Negro, pero en las últimas semanas los vuelos y los drones rusos han aumentado, generando preocupación entre los aliados. Un caso más grave se dio en Estonia, donde tres Mig-31 permanecieron doce minutos dentro del espacio aéreo del país, según ha publicado Europa Press.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, defendió la respuesta de la Alianza en estos incidentes. Recordó que, en Estonia, los cazas rusos fueron escoltados por aeronaves italianas, suecas y finlandesas. Según Rutte, las incursiones no representaban una amenaza inmediata para la seguridad aliada.
Aun así, los episodios han reabierto el debate sobre cómo reaccionar ante violaciones del espacio aéreo. Polonia ha advertido que responderá de manera firme si ocurre un incidente similar en su territorio. Rutte señaló que derribar aviones rusos podría ser una opción “si es necesario”, pero aclaró que siempre se siguen protocolos y evaluaciones previas. Esto significa que no se tomarían medidas letales de manera automática.
La tensión en la región sigue alta. La OTAN mantiene una vigilancia constante, mientras Rusia continúa sus maniobras aéreas cercanas a los países bálticos. Para la Alianza, estos incidentes son una prueba de la necesidad de coordinación y rápida respuesta entre todos sus miembros, especialmente en el flanco este, donde la seguridad colectiva es prioridad.