La llamada que motivó a Juan Ortega a plantar a su novia en el altar

La familia de la novia exige que el torero asuma todos los costos asociados a la boda no celebrada y que suman un total de cerca de 90.000 euros

La esperada boda del reconocido torero Juan Ortega se ha convertido en el tema más sorprendente de los últimos días. Con la iglesia llena de invitados, Ortega suspendió la boda con su novia de más de una década, Carmen Otte Alba, para refugiarse en silencio en su casa de Sevilla durante 72 horas.

En la víspera del enlace, la pareja celebró una preboda en Jerez de la Frontera, con testigos que aseguran que todo transcurría con normalidad. De hecho, el diestro y su prometida compartieron momentos cómplices, sin presagiar la inminente cancelación.

A pesar de que ninguno de los protagonistas ha hablado por el momento, su entorno ha ido deslizando diferentes informaciones a varios medios de comunicación, y poco a poco se está construyendo la narrativa que explicaría por qué Juan Ortega plantó a su pareja en el altar.

La llamada que cambió todo

El día de la boda, Juan Ortega, preocupado y con dudas, realizó una llamada decisiva a un sacerdote amigo que iba a oficiar la ceremonia. El torero, fuertemente ligado a sus convicciones religiosas, expresó sus inseguridades sobre el matrimonio. El consejo del sacerdote fue claro: si no estaba seguro, no debía casarse.

Aunque se especuló sobre terceras personas o infidelidades, la realidad es que la decisión de Ortega se basó en sus propias dudas respecto a la relación, tal y como han revelado desde Y ahora Sonsoles.

Ortega comunicó su decisión a Carmen por teléfono, justo cuando ella se preparaba para el gran día. La novia quedó en shock al enterarse de que su pareja de diez años la dejaba plantada en el altar a solo media hora de la ceremonia.

Repercusiones económicas para el torero

Mientras Carmen se refugia en el domicilio de sus padres en Jerez de la Frontera y no deja de llorar por lo sucedido, su familia ha pasado a la acción y, según YAS, han exigido al diestro que se haga cargo de todos los gastos que ha conllevado la boda que no llegó a celebrarse.

Un banquete en una exclusiva finca para 500 invitados, los trajes, la luna de miel, lo adornos florales de la iglesia y otro tipo de costes que sumarían en total cerca de 90.000 euros que tendrá que asumir Juan Ortega, incluyendo el vestido de la novia.