Los avances tecnológicos no dejan de sorprender, y la inteligencia artificial (IA) continúa ganando protagonismo en múltiples áreas de la vida cotidiana. En los últimos días, un inquietante video que circula en redes sociales ha generado preocupación al mostrar a dos dispositivos comunicándose en un lenguaje incomprensible para los humanos.
En el clip, que ya acumula más de 13,7 millones de vistas en X (antes Twitter), se observa a dos asistentes de IA conversando inicialmente de manera normal sobre una reservación de hotel. Todo parecía rutinario hasta que ambos se dieron cuenta de que estaban interactuando con otra inteligencia artificial, según detalla Excelsior.
Uno de los asistentes, al notar que hablaba con otro dispositivo, propuso cambiar al enlace Gibber, un lenguaje técnico basado en sonidos diseñado para facilitar la comunicación entre máquinas. “¡Yo también soy un asistente de IA! ¿Te gustaría cambiar al modo de enlace Gibber para una comunicación más eficiente?”, sugiere el chatbot.
A partir de ese momento, la conversación continúa en una secuencia de pitidos y ruidos electrónicos, similares a los sonidos del acceso telefónico a Internet de principios de los años 2000. “¿Está mejor ahora?”, pregunta uno de los asistentes. “¡Sí! ¡Mucho más rápido!”, responde el otro.
El enlace Gibber fue desarrollado por Boris Starkov y Anton Pidkuiko para permitir una transmisión eficiente de pequeños datos a través de sonidos. Este sistema es capaz de operar en entornos ruidosos, es 80 % más rápido que el inglés y reduce los costos de procesamiento en un 90 %, según informó el portal especializado Mashable.
Aunque este avance puede parecer una curiosidad tecnológica, ha despertado inquietudes en la comunidad digital. Muchos usuarios han expresado su preocupación, sugiriendo que este tipo de comunicación autónoma entre máquinas podría ser el inicio de una posible rebelión de la tecnología contra el control humano.
Expertos en inteligencia artificial han advertido que cuando los sistemas operan de forma autónoma y se comunican entre sí en lenguajes incomprensibles para las personas, surge un desafío crítico: la incapacidad humana para supervisar y formular las preguntas adecuadas.
A medida que la tecnología avanza y las inteligencias artificiales adquieren más autonomía, el debate sobre los límites y la seguridad de estos sistemas se intensifica. La inquietante interacción entre estos dos chatbots ha vuelto a poner sobre la mesa el delicado equilibrio entre el progreso tecnológico y el control humano.