La familia real británica vuelve a ser el centro de atención debido al vínculo cada vez más estrecho entre el rey Carlos III y Kate Middleton. Según diversos reportes, esta relación ha crecido de manera significativa, convirtiéndose en un pilar de confianza mutua, pero también en un motivo de tensión dentro de Palacio de Buckingham.
De acuerdo con Radar Online, el monarca considera a la princesa de Gales como “la hija que nunca tuvo”, una expresión que ha generado controversia, especialmente en el círculo cercano de la reina consorte, Camilla Parker. Fuentes del palacio aseguran que Carlos valora en Kate su serenidad, discreción y firmeza, cualidades que se han vuelto fundamentales en medio de los problemas de salud que ambos atraviesan.
El rey depende en gran medida de Kate, quien se ha consolidado como su aliada más confiable en la actualidad. Sin embargo, esta cercanía no está libre de consecuencias, ya que ha despertado malestar en la reina Camilla. Según el biógrafo real Christopher Andersen, Camilla nunca vio con buenos ojos a Middleton debido a sus orígenes de clase media y dudaba de su capacidad para desempeñar el papel de futura reina.
La creciente influencia de Kate dentro de la corte ha comenzado a generar incomodidad en ciertos sectores de la familia real. Algunos temen que la confianza depositada en ella por el rey pueda alterar los equilibrios de poder y desatar rivalidades internas que compliquen aún más la dinámica de la monarquía.
En este contexto, Kate Middleton se consolida como una figura clave y estratégica para el monarca, lo que profundiza el descontento de Camilla. Según asesores reales, la reina consorte ha manifestado su inconformidad frente a esta relación, que amenaza con convertirse en una nueva fuente de tensiones para la corona británica en un momento ya delicado.