Jeremy Allen White da vida a Bruce Springsteen en ‘Deliver Me From Nowhere’, la película que revela su lado más humano

White, que encarna al músico en pantalla, considera que «fue muy valiente que Bruce nos permitiera contar esta historia»

El 24 de octubre llega a los cines Springsteen: Deliver Me From Nowhere, una película dirigida por Scott Cooper (Corazón rebelde, Black Mass) y protagonizada por Jeremy Allen White (The Bear). El filme retrata a Bruce Springsteen durante la grabación, en 1982, de su legendario álbum Nebraska, uno de los periodos más creativos, pero también más oscuros y vulnerables de su carrera.

Según el propio artista, aquel fue el ‘capítulo más doloroso‘ de su vida. En ese momento, ya convertido en una superestrella, Springsteen se enfrentaba a una profunda depresión arrastrada durante años, marcada por la difícil relación con su padre.

Jeremy Allen White, que encarna al músico en pantalla, considera que «fue muy valiente que Bruce nos permitiera contar esta historia». En una entrevista con Europa Press, el actor subraya la importancia de visibilizar los problemas de salud mental a través de figuras tan admiradas como Springsteen. Reflexiona:

«Puede ayudar a esos hombres jóvenes que vean esta película y que puedan admirar a Bruce y que, simplemente viendo lo valiente que fue al abrirse primero, luego pedir ayuda y, finalmente, al aceptarla. Espero que la gente vea esto y se sienta menos sola, y que, si necesitan pedir ayuda, o incluso buscarla de forma profesional, tengan la certeza de que está disponible y que nadie les juzgará por hacerlo. Si uno de mis héroes como Bruce Springsteen pudo hacerlo, tú también puedes»

El director Scott Cooper recuerda que en los años ochenta hablar de salud mental era «una rareza». Destaca, además, la figura de John Landau, mánager del artista, interpretado por Jeremy Strong, quien «literalmente le salvó la vida» al insistirle en buscar ayuda profesional. Explica Cooper:

«Aquí en España, o en América, muchos hombres sufren por su soledad, sufren crisis de salud mental y no reciben la ayuda que necesitan. Así que mi esperanza es que, si ven a Bruce luchando y recibiendo el tipo de ayuda que necesitaba, sepan que ellos también pueden»

Añade que logró la aprobación de Springsteen, «un gran cinéfilo», prometiéndole una película «muy honesta e implacable».

Lejos de ser un repaso de éxitos, Springsteen: Deliver Me From Nowhere ofrece una mirada íntima y pausada, alejada del biopic musical convencional. La cinta se centra en ese periodo «tan vulnerable y doloroso», en palabras del propio artista. Recuerda el director:

«Bruce me dijo: ‘Scott, la verdad sobre ti no siempre es muy bonita, y quiero que cuentes esa verdad. Soy muy humano, todos cometemos errores y todos vivimos una vida muy frágil. Quiero mostrar todo eso y, lo más importante, quiero mostrar un momento muy vulnerable y doloroso’»

Cooper defiende que:

«La única manera de hacer un filme sobre Bruce Springsteen, y en particular sobre Nebraska, es mostrar a Bruce de esa forma tan dolorosa, delicada y vulnerable»

Para él, hacer una película sobre el músico es hacer un retrato del «corazón de Estados Unidos«. Añade que, pese a los 43 años transcurridos desde el lanzamiento de Nebraska, «en América todavía estamos luchando por los mismos problemas». Apunta Cooper:

«Es como si la historia se repitiera y parece que Bruce pudiera haber escrito este álbum esta mañana. Porque en América hay desesperación moral, un desamparo silencioso, hay grandes divisiones, soledad, vacío espiritual y muchos problemas económicos.

Y también hay muchos que piensan que América no está haciendo lo suficiente para ayudar a los que son más vulnerables. Pero Bruce Springsteen siempre les ha dado voz y siempre los ha apoyado»

Para el cineasta, el artista «siempre será la conciencia de América«.

Vínculo especial

Desde la preproducción, Springsteen estuvo muy vinculado al proyecto, basado en el libro Deliver Me from Nowhere: La historia y creación de Nebraska de Bruce Springsteen, de Warren Zanes. Jeremy Allen White recuerda que el músico fue clave en los momentos de inseguridad del inicio del rodaje:

«Al arrancar, yo estaba muy inseguro sobre cómo empezar. Tenía en la cabeza todas estas ideas sobre cómo los fans ven a Bruce, cómo se le ve, cómo suena… todas esas cosas externas en lugar de prestar atención a cómo era Bruce en este momento»

Una llamada del propio Springsteen fue decisiva. Relata White:

«Recuerdo que fui a Nashville, Tennessee, para grabar mucha de la música del álbum de Nebraska. Y él escuchó algunas de esas grabaciones, me llamó y me dijo: ‘Cantas muy bien, suenas como yo. Estás haciendo las canciones tuyas y eso es precisamente de lo que se trata’. Aquello fue muy importante para mí a la hora de encontrar la confianza necesaria para empezar»

Durante el rodaje, ‘The Boss’ fue una presencia constante. Entre toma y toma, el artista se mostró «respetuoso y siempre muy alentador». El actor confiesa que aún guarda los mensajes que Springsteen le enviaba «casi todas las noches», elogiando algunas de las secuencias filmadas ese día. «Fue maravilloso tener su apoyo a lo largo del proceso», concluye White.