Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer. Así se llama el mayor éxito del momento a nivel mundial de Netflix, un fenómeno del que todo el mundo habla y que está dejando tras de sí todo un reguero de polémicas. Se trata de un drama compuesto de diez capítulos que narra la historia real del asesino en serie, Jeffrey Dahmer, uno de los peores criminales de la historia.
Entre 1978 y 1991, Jeffrey Dahmer asesinó a un total de 17 hombres y niños, en su mayoría, de raza negra. Sus macabros métodos han sido lo que más ha llamado la atención tanto de los investigadores como del público: desmembraba los cuerpos, diluía las partes en ácido y después almacenaba los huesos que quedaban. Algunas veces, incluso se llegaba a comer los restos.
La infancia de Dahmer no fue fácil. Cuando era niño, su padre no pasaba mucho tiempo en casa y su madre había sido diagnosticada de una enfermedad mental. Motivo por el cual abusaba del consumo de pastillas. Las peleas entre ambos progenitores eran continuas. En esta época, Dahmer empezó a mostrar un gran interés por los animales muertos. Los recogía del campo y se los llevaba a su casa para abrirlos y practicarles autopsias.
Sus primeras víctimas
El primer asesinato de Dahmer se produjo en 1978. Se trataba del autoestopista Steven Mark Hicks. Dahmer lo invitó a su casa y pasaron horas charlando, pero cuando Hicks se quiso ir, Dahmer le golpeó con una mancuerna y después lo estranguló. Diseccionó su cuerpo en el sótano y enterró los restos en el patio trasero de su abuela.
Dahmer aseguró que este asesinato no fue intencionado. Pasaron nueve años hasta que cometió el segundo. Durante este tiempo había acudido a la universidad y al ejército. Allí mantuvo encuentros sexuales con hombres y mató a otros tres. Más tarde se mudó al apartamento North 25th Street, después de que su abuela lo echase de casa. En ese lugar mató a otros doce jóvenes e hizo todo tipo de tropelías con sus cadáveres.
Su táctica era fácil y sencilla. Ligaba a sus victimas en la discoteca. Les echaba droga en su copa y conseguía llevárselos a casa. Se trataba de un medicamento para conciliar el sueño que le habían recetado a él mismo: Halción. Este fármaco en polvo contiene un potente sedante llamado triazolam. Una benzodiacepina cuyos efectos son: sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes. La víctima ya estaba en sus manos y fuera de su propia voluntad.
Una vez allí, los jóvenes empezaban a encontrarse mareados y Jeffrey los mataba. Tracy Edwards fue su único superviviente, consiguió huir y avisar a la policía. Dahmer fue arrestado en 1991 y es ahí cuando se descubrieron todas las atrocidades que cometió.
¿Cómo logró eludir a la justicia tanto tiempo?
Dahmer estuvo asesinando gente durante años. Pese a las insistencias de sus vecinos, que sospechaban cosas raras, ningún policía arrestó a este asesino hasta pasado un tiempo. Su vecina más próxima, Glenda Cleveland, interpretada por Niecy Nash en la serie, fue la única que alertó más de una vez a la policía.
En alguna ocasión, la policía llegó a acudir al domicilio de Dahmer, pero la credibilidad y la tranquilidad con la que el joven construía su coartada dejaban de levantar sospechas. Además, en aquellos tiempos, la raza negra no estaba del todo bien vista, por lo que se hizo caso omiso a muchas de estas personas que alertaban del problema. Lo mismo ocurría con la homosexualidad.
Los oficiales John Balcerzak y Joseph Gabrish tuvieron la oportunidad de capturar a Dahmer en un momento clave. Ambos presenciaron el momento en que Dahmer se encontraba en la calle con un joven de 14 años totalmente mareado. Los agentes hicieron caso omiso y dejaron a Dahmer al cargo de este chico, al que posteriormente mataría en su casa.
Perfil psicológico del Caníbal de Milwaukee
Resulta curioso saber qué problemas mentales y de personalidad padecía Dahmer para llegar a cometer todos estos asesinatos. La Universidad Estatal de Fresno, en California, solicitó una autopsia cerebral para investigar exactamente si existía algún factor clave que desencadenase todos esos comportamientos.
El cerebro de Jeff se conservó a petición de su madre: “Quiero que salga algo útil de esta pesadilla. Esto es lo último y lo único que puedo hacer”. Sin embargo, la última palabra la tendría el Tribunal del Estado de Wisconsin. El 13 de diciembre de 1995, un juez decidió que el cerebro de Dahmer se debía destruir.
Aunque a Dahmer se le diagnosticó un trastorno límite de la personalidad, un trastorno esquizotípico de la personalidad y un trastorno psicótico, se dictaminó que estaba totalmente cuerdo cuando se le enjuició por haber asesinado a 17 hombres y niños entre 1978 y 1991. “Nunca quise la libertad. Sabía que estaba enfermo o era malo o ambos“, aseguró Dahmer en su juicio.
Específicamente, Dahmer padecía parafilia, necrofilia y parcialismo, con componentes sádicos y obsesivo-compulsivos. En general, tenía fantasías sexuales relacionadas con la muerte, lo que se considera como una perversión o una desviación sexual. A ello se sumaba el canibalismo. Dahmer se comía en ocasiones los miembros de las personas a las que mataba, algo que le producía auténtica excitación sexual.
¿Por qué la gente admira a este personaje?
Resulta preocupante que muchas personas hayan mostrado admiración por Jeffrey Dahmer. Cuando este entró por fin en prisión, recibía cartas de gente que se declaraba su ‘fan’, le pedían autógrafos, e incluso le mandaban dinero.
Se trata de un personaje idealizado, pero un personaje que va en contra de lo que debería ser la moral de cualquier persona. Puede que muchos no sean conscientes, pero de una forma u otra, se está glorificando a una figura que tuvo comportamientos aberrantes.
A raíz del estreno de esta serie en Netflix, se ha generado una gran fascinación entre una parte del público. Desde tatuajes, merchandising, hasta disfraces para encarnar a Dahmer en Halloween. Ante esto último, portales de venta online como eBay han tenido que prohibir la comercialización de este atuendo compuesto por un mono naranja de presidiario, peluca rubia y gafas de ver.
“No permitimos la distribución de productos que promuevan y glorifiquen la violencia, o que estén asociados con personas conocidas por cometer este tipo de actos”, ha asegurado la compañía.
Otro ejemplo de admiración hacia esta figura se encuentra en Tik Tok, donde ya circulan miles de vídeos sobre Jeffrey Dahmer. Incluso hay personas que imitan sus fríos comportamientos y se visten igual que él. También hay ‘memes’ y algunas que otras bromas acerca de este personaje.
Las subastas de artículos de Jeffrey Dahmer también están dando mucho que hablar. Ahora, los fanáticos de este personaje podrán conseguir sus gafas por unos 150.000 euros, aproximadamente. La tienda que pondrá a subasta este artículo es el local canadiense Cult Collectibles, situado en Vancouver. El director del establecimiento declara que obtuvo las gafas hace dos años junto con más recuerdos del asesino en serie. También se subastan las supuestas cenizas de Dahmer, por 250.000 euros, así como la Biblia que tuvo en prisión, algunas fotos familiares, revistas y un disquete con los documentos del juicio.
No cabe duda de que Jeffrey Dahmer está en boca de todo el mundo, pero hay que recordar que el peligro de todo esto está en romantizar la figura de un asesino en serie sin llegar a pensar en el dolor de las víctimas y de los familiares. Jeffrey Dahmer no es un personaje de ficción, Jeffrey Dahmer existió de verdad.