La ciudad de los canales se prepara para una boda con sabor a superproducción: Jeff Bezos y Lauren Sánchez ultiman los detalles de su enlace matrimonial en Venecia, previsto para junio. Serán tres días de celebraciones con un presupuesto que supera los 10 millones de dólares, una isla reservada solo para ellos, cinco hoteles de lujo tomados por completo y una lista de invitados que bien podría ser la portada de cualquier revista de celebridades, según una información publicada en El Diario de Chihuahua.
El magnate de Amazon y la expresentadora han confiado la organización del evento a los mismos expertos que diseñaron la boda de George y Amal Clooney. La ceremonia se celebrará, salvo sorpresa, en la isla de San Giorgio Maggiore, no en el superyate Koru del propio Bezos. Entre los asistentes confirmados se encuentran figuras como Eva Longoria, Kim Kardashian, Kris Jenner, Katy Perry y varios miembros de la familia Trump.
Pero mientras el jet set aterriza con champán y alta costura, en tierra firme se cuece otro tipo de recibimiento. Los vecinos de Venecia han anunciado protestas para denunciar el uso de la ciudad como escenario de lujo mientras los residentes lidian con problemas reales como el precio de la vivienda, la masificación turística o la falta de inversión pública. “Venecia no está en venta”, aseguran los activistas que preparan una manifestación paralela a la boda.
La pareja, consciente del revuelo, ha optado por consumir productos locales y trabajar con diseñadores italianos. Aun así, los reclamos no han cesado. Incluso un concejal del ayuntamiento, Giovanni Andrea Martini, ha enviado una carta a Bezos pidiéndole una donación para restaurar viviendas sociales. El alcalde, Luigi Brugnaro, ha intentado calmar los ánimos asegurando que la boda no alterará el ritmo de la ciudad y que se respetará su «fragilidad cultural».
Mientras tanto, Jeff celebró su despedida de soltero en Madrid rodeado de amigos, y Lauren lo hizo en París con sus íntimas: entre ellas, Kardashian, Longoria y Lydia Kives. De las góndolas al escándalo: la boda del año promete dejar huella en más de un frente.