La tonadillera hizo un recorrido musical por su extensa discografía, recordando temas que la han acompañado desde sus inicios
Isabel Pantoja deslumbró en el festival Sal de Música en San Pedro del Pinatar, Murcia, donde el público que llenaba el recinto la recibió con una ovación atronadora. La tonadillera, una de las voces más emblemáticas de la música española, ofreció un concierto memorable, caracterizado por su total entrega y emoción.
La cantante hizo su entrada al escenario acompañada por la orquesta dirigida por Víctor Eloy, deslumbrando a todos con un vestuario colorido y floral que destacaba bajo las luces del festival.
Desde el primer momento, la artista dejó claro que la noche sería especial, no solo por la calidad de su actuación, sino también por el significado personal que tenía para ella, según informa Europa Press.
“Este espectáculo solo lo voy a hacer este año porque da la casualidad de que yo nunca he celebrado los años que llevo cantando”, declaró, refiriéndose a sus 50 años de trayectoria artística. “Me he dado cuenta de que son muchos, y son tantos, como 50. Gracias a vosotros, a todo el público, que desde mi comienzo estuvieron a mi lado, como artista y como persona”.
Durante el concierto, Pantoja hizo un recorrido musical por su extensa discografía, recordando temas que la han acompañado desde sus inicios. Antes de interpretar la canción Quiero pecar contigo, la artista compartió una anécdota que arrancó sonrisas del público: “La canción era mía, no mía escrita, sino que me la escribieron a mí, y con 15 años yo no había pecado todavía.
La noche, que estuvo en riesgo debido a la lluvia que cayó horas antes, se convirtió en un evento mágico, con la tonadillera agradeciendo al cielo que el tiempo mejorara para poder ofrecer lo mejor de sí misma. “Gracias a Dios ha dejado de llover para que podamos disfrutar un rato lo que podamos”, dijo con su habitual carisma.
El momento más emotivo llegó cuando el público comenzó a vitorear su nombre, provocando que la artista se emocionara profundamente. Con lágrimas en los ojos, Isabel tocó su corazón, resopló y se abanicó con la mano, antes de hacer un gesto de rezo y reverencia en agradecimiento a sus seguidores. En un acto de humildad, la cantante también otorgó el protagonismo a los músicos que la acompañaban, señalándolos con gratitud.
Sin duda, Isabel Pantoja dejó una huella imborrable en los corazones de los asistentes al festival Sal de Música, demostrando una vez más por qué sigue siendo una de las artistas más queridas y respetadas de España.